El arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, advirtió hoy que la Argentina «tiene demasiados pobres y excluidos, los cuente quien los cuente», citando frases de Jorge Bergoglio, el actual papa Francisco. Lo hizo en la basílica de Luján y delante de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al oficiar el Tedéum por el 25 de mayo, donde el prelado expresó que «sueña» con una patria «más equilibrada socialmente» y con «una inclusión social que lo haga (al pueblo) protagonista y no sólo receptor de ayudas».
Antes del oficio religioso patrio, la Presidenta había descubierto en la Basílica una de las banderas argentinas que flamearon en las Islas Malvinas en 1966, en el marco del Operativo Cóndor, en el que un grupo de militantes peronistas secuestró y desvió al archipiélago un avión de Aerolíneas Argentinas.
Durante su homilía, monseñor Radrizzani exhortó a proteger la creación al reclamar «voluntad política» para un «efectivo control social» sobre los emprendimientos mineros en el país.
«Por esto sueño con una nación donde se multipliquen las fuentes de trabajo aquí y en el interior de nuestra Patria, pero nunca el afán de ganancias debe ir en desmedro de lo que Dios nos dio en esta maravillosa tierra argentina», aseveró.
Casi al final de su homilía, el arzobispo agradeció «en la persona de la Presidenta, al Estado Nacional» por destinar «aportes importantes» sin los cuales, según dijo, «no hubiera sido posible regalarles a los argentinos la renovada belleza de esta casa».
Tras la ceremonia, Cristina Kirchner saludó a los militantes kirchneristas que se congregaron frente a la basílica, en la plaza Belgrano.
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Ante Cristina, Radrizzani advirtió que hay «demasiados excluidos»
