No es casualidad. Ya lo hizo el Dr. Aiola en el 2019 para lograr su reelección como Intendente Municipal. Despilfarró los fondos municipales durante la campaña en cosas superfluas, cero viviendas, cero pavimento y sin obras públicas con fondos propios. Todo bien adornado con otros anuncios y promesas incumplidas.
Finalizada la campaña y logrado su objetivo, de inmediato declaró la primera Emergencia Económica Municipal de las que tengamos memoria, borrando de un plumazo con esa excusa, toda posibilidad de cumplir lo prometido y deteriorando aún más los salarios municipales.
¿Le Suena algo parecido con el presente? ¿Habrá otra emergencia?
La campaña del 2023 arrancó con la misma fórmula. Mucho cambio de lamparitas, millonadas en cámaras de seguridad que nunca detectan nada mientras los accidentes y los robos se multiplican, anuncios del color que le pidan y promesas que se las lleva el viento. Así estamos.
El desgaste de la gestión no se detiene. La ausencia del Dr. Aiola – a excepción de las fotos que deben ser su debilidad – resulta notoria mientras trata de escapar a cualquier otro destino, esperando hasta último momento a Bullrich o Larreta, todo da lo mismo.
Los casos de corrupción brotan como hongos después de la lluvia. Las explicaciones, por imposibles, se archivan o cajonean, siempre buscando un olvido piadoso.
El palacio municipal, atiborrado de funcionarios, sólo lo mantienen a flote los empleados de carrera. Es el mismo que siempre estuvo lleno de vida y de atención al público. Hoy invade el silencio y sólo falta un cartelito a su entrada que diga “pague” y luego retírese por la puerta del patio. Siga la flecha.
La única que actúa con rapidez, es la policía comunal, al menos lo demostró cuando el escándalo –nunca visto anteriormente– salpicó a más de unos y el caso pareciera haberse esfumado en el silencio de la nada.
El candidato, Sr Alejo Pérez, reparte boletas y sonrisas. Muy poco, para el estado de abandono en que han dejado a Chacabuco.
PARTIDO JUSTICIALISTA DE CHACABUCO