Más de 30 países ya están inmersos en la creación de estas monedas digitales, en lo que describe como «un interés a nivel mundial sin precedentes». Las CBDC permiten a los bancos centrales (gobiernos), registrar y verificar todas las transacciones, incluyendo todos los detalles asociados. El caso es que los bancos centrales pueden requerir vincular la identidad del usuario a su cartera digital, lo que a la práctica supondría el fin del anonimato. Si pagamos cualquier cosa, esa información será fácilmente accesible por las autoridades. Con las innumerables consecuencias que ello puede llegar a tener.