Con Julián Domínguez internado avanza el debaten del Presupuesto en Diputados.

La sesión de la Cámara baja está centrada en el nivel del gasto público, el déficit, el endeudamiento y las facultades para que el jefe de Gabinete pueda reasignar partidas presupuestarias. Los puntos salientes del proyecto.

La deliberación que se inició a las 12.10, está conducida por la vicepresidenta Norma Abdala de Matarazzo debido a que el titular del cuerpo, Julián Domínguez, se encuentra internado por un cuadro febril.

La discusión de la ley de gastos y recursos se abrió poco después del mediodía cuando se inició la sesión especial con la presencia de 146 legisladores, es decir que el oficialismo no debió conformar el quórum propio sino que tuvo la colaboración de bancadas opositoras.

A más de tres horas de haberse iniciado el debate, la discusión está centrada en el nivel del gasto público, el resultado financiero que será deficitario, el endeudamiento y las facultades para resignar partidas del Jefe de Gabinete, casi un clásico cuando se discute esta ley.

De esta manera, los diputados debatían el presupuesto para el 2015 que tiene una pauta de crecimiento de la economía de 2,8 por ciento, un dólar promedio de 9,45 y una variación de precios de 15,6 por ciento.

Asimismo, la iniciativa oficial prevé ingresos corrientes por 1 billón 296.000 millones de pesos y gastos por 1 billón 347.000 millones de pesos, con un resultado primario positivo de 1,02 por ciento y un resultado financiero negativo del orden del 1 por ciento.

El debate fue abierto por el presidente de la comisión de Presupuesto, Roberto Feletti (FPV), quien planteó que la política fiscal prevista por el gobierno apuntala la «competitividad de la economía» y rechazó las acusaciones de la oposición de «un incremento desmesurado del gasto público» y de la incorporación de empleados públicos.

Al hablar como miembro informante sobre la ley de gastos y recursos que se comenzó a debatir este mediodía en una sesión especial, Feletti «en los primeros ocho años tuvimos un presupuesto con un gasto primario con superávit, pero ahora una estimación negativa debido a los subsidios a la energía y pagos de deuda».

En su mensaje, el economista volvió a rechazar que se pueda realizar una fuerte resignación de partidas al señalar que el «85 por ciento de los gastos son rígidos y solo se puede redistribuir el 15 por ciento que es flexible»

Desde la oposición, el vicepresidente de la comisión de Presupuesto, el radical Miguel Bazze, cuestionó la administración del gasto del Estado al afirmar que «no creemos que sea eficiente ni transparente».

Bazze señaló que la inflación que existe hoy «provoca que se retraiga la actividad económica» y dijo que este proyecto «no ha generado las condiciones para el desarrollo de las economías regionales».

En cambio, la socialista Alicia Ciciliani dijo que a ese espacio político no le «asusta el gasto público» sino «que ese nivel de gasto no se refleja en las escuelas y hospitales».

«Para nosotros este presupuesto es inadmisible porque no aceptamos que se pueda delegar facultades para reformular partidas y en temas de deuda pública», acotó.

En tanto, el ex presidente del Banco Ciudad y diputado macrista, Federico Sturzenegger, también rechazó que se pueda «resignar partidas sin la participación del Congreso Nacional» y dijo que esta iniciativa «esta vacía de contenido y es una letra muerta».

Por su parte, el ex gobernador bonaerense y diputado massista Felipe Solá se quejó del incremento del gasto al afirmar que «va a tener un aumento por encima» de las previsiones que elaboró el gobierno porque «se trata de un año electoral».

Estas argumentaciones fueron rechazadas por el diputado kirchnerista Edgardo Depetri, quien acusó a la oposición de «tener una mirada parcial» y electoralista del presupuesto y señaló que para «nosotros este presupuesto es parte de este proyecto político iniciado en el 2003» por Néstor Kirchner.

Agregó que «la política económica y presupuestaria ha sido clave» en este modelo económico y señaló que «ahora somos los diputados y senadores los que discutimos el presupuesto y no el Fondo Monetario Internacional como sucedía en la década del 90».

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