Este miércoles, antes de iniciarse la sesión ordinaria del Honorable Concejo Deliberante de Chacabuco, el grupo de vecinos autoconvocados por la construcción de la autovía Luján-Junín estuvo en el recinto dialogando con los ediles.
Luego de algunos informes que los concejales hicieron respecto del funcionamiento de los radares y de la aplicación de multas a conductores extranjeros, tomó el micrófono Carlos Minchilli quien manifestó: «Nos duele muchísimo que el señor intendente(Mauricio Barrientos) no venga a estas reuniones». También el descontento se extendió hacia el diputado provincial Darío Golía y el presidente de la Cámara de Diputados de la nación, Julián Domínguez porque -según dijo el vecino- «son ellos quienes tienen moverse y hablar con (el ministro Julio) de Vido para que este trámite avance y no se quede en el último lugar». Minchilli explicó que en la actualidad hay unas ochenta obras en espera «y nosotros no queremos que la nuestra sea la última o la número setenta y nueve», afirmó.
Reclamo a Golía:
Una de las críticas más duras estuvo dirigida al legislador provincial Darío Golía: «nunca dio la cara» -aseguró Minchilli- y agregó: «que venga, nosotros no somos ningunos cucos; si viene vamos a hablar tranquilamente como lo hacemos con ustedes(los concejales)» En este sentido, los vecinos solicitaron al presidente del Concejo Deliberante, Claudio Geloso, que gestione una reunión con los legisladores Golía y Domínguez porque aseguraron «no son pinches, son gente de peso y tienen que ir a pelear por esto como lo hacemos nosotros». Minchilli anticipó que «si no pueden hacer más, o hasta acá llegaron, que nos lo digan y nosotros veremos cómo seguimos avanzando». El vecino, a su vez, destacó y agradeció el acompañamiento de los concejales. «con ustedes estamos agradecidos» -manifestó- y reiteró las críticas para con Domínguez y Golía quienes -dijo- «no nos acompañan con la misma intensidad».
Por su parte, Ceferino Brandone destacó la importancia que tiene que los legisladores nombrados se hagan presentes: «es un gesto; son vecinos de Chacabuco igual que nosotros y si ellos se acercaran unos minutos a tomar un mate y a hablar, eso sería un alivio para los que están en esta lucha».