¿La tecnología está asfixiando nuestra privacidad?

No es un secreto que la tecnología está cada vez más integrada en nuestras vidas y en nuestro trabajo. De hecho, cuanto más cómodos estamos con la tecnología más le permitimos que se convierta en un compañero de nuestras vidas personales. Un reciente estudio realizado por Pew Internet and American Life Project concluyó que el número de adultos que tienen sus propios teléfonos, móviles, y tabletas está incrementando y con ello, los datos personales que ahí almacenamos.
Desde nombre, dirección hasta el número de cuenta del banco o los números de las tarjetas de crédito. Almacenar toda esta información en tus dispositivos es dar la oportunidad a extraños, hackers o ladrones de identidad de que accedan a ellos.
Sin embargo, existen formas de proteger todos estos datos. Una contraseña es esencial, eso sí, hay que evitar un 1234 o un 000 y buscar contraseñas más complicadas que combinen letras y números. Además, antes de introducir cualquier tipo de dato personal en una página web, asegurase de que se trata de una página encriptada y que empieza por https.
Pero esto va más allá. El seguimiento de la ubicación es una característica que se incluye en casi todos los dispositivos y aplicaciones disponibles en hoy en día. Es utilizado por Google para obtener las indicaciones en la navegación, por Facebook para etiquetar su ubicación o por la cámara del dispositivo para proporcionar una hoja de ruta de donde se tomaron las fotos. En realidad es una función muy entretenida y muy útil, pero tiene que estar dispuesto a renunciar a su privacidad y a que todo el mundo y todas las empresas sepan dónde se encuentra en todo momento.
Además, de rastrear la ubicación, las cookies crean un plano de los sitios web que ha visitado en el internet y pueden incluso contribuir, mediante las cookies de terceros, en los anuncios personalizados que aparecen en varios sitios web.
Por eso, a pesar de que la tecnología nos hace la vida mucho más fácil, es importante asegurarse de que no permitimos que invadan por completo nuestra privacidad. En ciertas ocasiones, quizás sea que recurrir a formas anticuadas para almacenar nuestra información, como en una caja de seguridad o una caja fuerte y así nos aseguramos de que todo siga en su sitio.
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