El jefe de Gobierno porteño reclamó este viernes construir «la Argentina del diálogo» donde se pueda pensar «distinto» y «sin miedo», se diferenció del Gobierno nacional y del de la provincia de Buenos Aires, aunque dejó una invitación a Cristina Kirchner para compartir un acto.
«De nosotros depende que la Argentina que viene sea la Argentina del diálogo, de la ideas y donde se pueda disentir. Una sociedad donde se compita políticamente desde la virtud y no de la chicana y de la obstrucción», enfatizó Macri.
Al abrir el período de sesiones ordinarias de la Legislatura porteña, el líder del PRO pidió «sumar nuestras visiones sin querer pisarnos unos a otro poder pensar distinto y tener la posibilidad de decirlo sin miedo».
Macri dejó en claro sus diferencias con el Gobierno nacional en cuanto a la política de transporte, por las polémicas sobre la gestión de los subtes y las obras del Metrobús en la 9 de julio y también por el manejo de la basura.
Advirtió de todos modos que continuará con su actual línea de trabajo «a pesar de los palos en la rueda, las críticas y los costos políticos».
Tras ratificar sus políticas, el mandatario porteño confirmó que la semana próxima reabrirá la línea A de subterráneos, luego de dos meses de permanecer cerrada, y señaló que invitará a la presidenta Cristina Kirchner a ese acto.
«La semana próxima reabrimos la línea A con vagones renovados, aire acondicionado y todas las estaciones renovadas», afirmó.
Además, explicó: «la semana que viene voy a enviar una carta a la señora Presidenta invitándola a la reapertura, ojalá contemos con su presencia».
Sobre el Metrobús, tema por el que también mantuvo una polémica con el Gobierno nacional, aseguró que habrá «más árboles» que antes sobre la Avenida 9 de Julio cuando la obra finalice.
Macri sostuvo que la obra implica «un alto impacto positivo para el medio ambiente, no sólo porque habrá más árboles en la 9 de Julio incluso en la parte central donde nunca tuvo, sino porque se reducen las emisiones
contaminantes».
Por otra parte, lanzó una crítica a la situación de la provincia de Buenos Aires, al evaluar que «cada vez más personas recurren» a los sistemas de educación y de salud de la Ciudad provenientes de territorio bonaerense.
«La provincia de Buenos Aires está cada día más débil a la hora de dar respuestas», enfatizó Macri.
Por otra parte, tras pedir «austeridad» y «cuidar el dinero de los vecinos», apuntó contra la «judicialización» de las decisiones de su gestión.
«Estamos abiertos a opiniones distintas pero judicializar la gestión no es el camino adecuado, esto demora las mejoras y aumenta los costos que pagamos todos los vecinos», señaló.
Macri marcó «ocho desafíos centrales» para lo que resta de su gestión, entre los que mencionó «la conformación de una red de protección social» con el lanzamiento de un programa que se llamará «En todo estás vos», dirigido a sectores vulnerables.
Prometió que se creará así una «coberutra integral, transparente y sin clientelismo».
Otro eje de su gestión, según anunció será «seguir mejorando la calidad educativa»: aseguró que la capital salió «definitivamente del estado de emergencia edilicia» en las escuelas y resaltó que las clases comenzaron cuando estaba previsto gracias a un acuerdo salarial con los docentes.
Entre los restantes «ejes» de gestión marcó el «aceso a una salud pública gratuita y de calidad» y el desarrollo de la Zona Sur sobre el que destacó: «redujimos la diferencia del valor de la tierra entre el Norte y el Sur de tres veces a casi dos veces».
También se refirió a la necesidad de «hacer una ciudad verde, sana y sustentable», tramo en el que apuntó contra el Gobierno nacional por la decisión de «no querer extender el predio de Campo de Mayo» para la disposición de basura.