En el marco de la crisis textil, la fábrica Topper paralizó su actividad esta semana en su planta ubicada en la provincia de Tucumán. Es por exceso de stock, una de las tantas consecuencias en la producción del desplome de la demanda que genera la recesión promovida por el Gobierno de Javier Milei.
Entre marzo y abril, Topper despidió a 120 trabajadores y, frente a la falta de ventas, esta semana la fábrica licenció a sus 1.190 empleados (938 operarios), porque sus depósitos están colapsados.
Hace un mes, los empleados de mayor antigüedad fueron obligados a tomarse los días de vacaciones que tenían pendientes pero como fue insuficiente para generar ahorro, la empresa adoptó esta última medida.
En diálogo con Ámbito, Jorge Fugaracho representante provincial de la Unión Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA), reconoció que hay preocupación porque es un escenario similar al que se vivió durante la gestión del expresidente Macri, cuando la exAlpargatas despidió a 500 empleados. «Ojalá que esta vez no pasé, sería el peor escenario para una ciudad, como Aguilares, que tiene en los rubros textil y del calzado unas importantes fuentes de trabajo», sostuvo el dirigente, quien afirmó que «las últimas medidas del Gobierno no parecen que vayan a ayudar a que se recupere la producción nacional».
Concretamente, el sindicalista hace referencia a la determinación del Gobierno de eliminar el control aduanero del etiquetado de los productos textiles y de calzado que ingresan al país. Su implementación genera dudas porque favorecería la competencia desleal de importadores y el deterioro de la producción local.
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