El «viejo» Francisco (Por Juan José Balatti)

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Francisco siempre pidió que rezáramos por él, desde el inicio de su pontificado, ahora él reza por nosotros.

Los niños y los viejos fueron sus elegidos, junto a los pobres. Aceptando su vejez pontificó: «Sí, no hay que tener miedo a la vejez, no hay que tener miedo de abrazar el envejecimiento, porque la vida es vida y edulcorar la realidad significa traicionar la verdad de las cosas. Devolverle el orgullo a un término que a menudo se considera insano es un gesto por el que debemos estar agradecidos al cardenal (Angelo) Scola. Porque decir ´viejo´ no significa ´tirar a la basura´, como a veces lleva a pensar una cultura degradada del usar y tirar. Decir ´viejo´, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, conocimiento, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que necesitamos desesperadamente!
Es cierto que envejecemos, pero ese no es el problema: el problema es cómo envejecemos. Si vives este tiempo de la vida como una gracia, y no con resentimiento; si acogemos con sentido de gratitud y de reconocimiento el período (incluso largo) en el que experimentamos la disminución de las fuerzas, el cansancio creciente del cuerpo, los reflejos que ya no son los mismos que los de la juventud, y bien, también la vejez se convierte en una edad de vida, como nos enseñó Romano Guardini, verdaderamente fecunda y capaz de irradiar el bien».

Gracias viejo Francisco te da el viejo Juan José.

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