Maíz: En la región núcleo se dejarían de sembrar casi 600 mil hectáreas

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La superficie maicera 2023/2024 creció un 30% con 1 millón 970 mil hectáreas sembradas en la zona núcleo, sin embargo, a pocas semanas del arranque de la siembra para la campaña 2024/2025, se estima que la cobertura con el cereal podría ubicarse en 1 millón 380 mil hectáreas.

La cifra de 590.000 hectáreas menos de cobertura da una idea de la incertidumbre que afecta al maíz. El recorte en la intención de siembra, según encuestas, oscila entre un 20% y un 50%, según consignó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

En la localidad de María Susana, con un 50% de caída en la intención de siembra, advierten: “los grandes productores bajaron un 20% y los pequeños productores un 80%. Sembraremos para mantener la rotación; si fuera por los costos, no sembraríamos”. En Pergamino dicen que hay pocas ganas de sembrar por la alta inversión y escasa rentabilidad. El miedo por ataques de chicharrita descarta las siembras tardías. En Carlos Pellegrini se espera una baja del 30% que “incluso no se modificaría ante una buena y oportuna lluvia”,  aseguran.

De acuerdo con las mediciones hechas por la BCR, se necesitan al menos de 20 a 50 milímetros en septiembre. Aunque en las capas más profundas hay buena reserva de humedad, falta en la superficie. Las reservas de agua van de sequía a regulares en la mayor parte de la región considerando el consumo de una pradera permanente.

Pérdida de rentabilidad

Con los números actualizados al 12 de agosto, los márgenes en la región núcleo muestran un escenario preocupante para todos los cultivos y en particular para la soja de primera.

En campos arrendados, que representan cerca del 70% de la producción, la soja de primera enfrenta una rentabilidad negativa, con una pérdida de 69 u$s/ha. Pero es más preocupante el caso del maíz tardío, que bajo las mismas condiciones muestra una pérdida de 138 u$s/ha. Esta alternativa estaría descartada, incluso en campos propios donde los márgenes sí son positivos.

El maíz temprano ofrece mejores números en campos propios, con una inversión de 1.133 U$S/ha, la ganancia es de 371 u$s/ha. Pero en tierras alquiladas la renta es de 38 u$s/ha y la inversión de 1.643 U$S/ha, ya que se suma el valor del alquiler.

Los mejores resultados económicos se logran con la rotación trigo/soja de segunda, que arroja 465 u$s/ha en campos propios y 126 u$s/ha en arrendados, siendo necesario alcanzar un rinde de 40 qq/ha en trigo y 35 qq/ha en soja de segunda.

Respecto a un año atrás, la caída en la rentabilidad de la soja de primera en campo propio es de 150 u$s/ha. En campo alquilado, la caída es menor, la pérdida es de 26 u$s/ha.

Este desplome se debe principalmente a la evolución negativa del precio de la oleaginosa en los últimos meses, reflejada en el precio a cosecha (mayo de 2025) que se ubica en 279 u$s/tn, frente a los 332 u$s/tn de hace un año.

El maíz en campo propio también cae: la diferencia entre los márgenes netos (de hoy vs. una año atrás) es de 30 u$s/tn.

El cereal también cotiza para abril 2025 171 u$s/tn mientras que hace un año estaba en 180 u$s/tn. Contrariamente, en el caso de campo alquilado, el maíz experimenta un repunte de 130 u$s/ha respecto a un año atrás.

El incremento se debe principalmente a una reducción en el costo relativo de alquiler en u$s/ha; con el mismo valor de arrendamiento en qq/ha de soja (que se mantienen en los cálculos en 18 qq/ha) hace un año la suma a pagar por el arrendatario era de 659 u$s/ha mientras que este año es de 510 u$s/h

Soja vs. maíz

Para la soja de primera en campo propio, la cosecha mínima necesaria es de 30 qq/ha; para campo alquilado, 43 qq/ha.

En el caso del maíz temprano, en campo propio se requieren 78 qq/ha para alcanzar la indiferencia; bajo arrendamiento, casi 100 qq/ha. Estos datos subrayan la importancia de la planificación y del excelente manejo agrónomico que impone esta campaña en particular.

El análisis de la evolución de los márgenes netos de la soja de primera muestra una evolución cruel que quita todo tipo de entusiasmo. En campos alquilados, la situación es más crítica: desde hace casi un año están registrando se valores negativos.

La caída gradual en el precio del gran, junto con el aumento de los costos de producción, derivó en resultados económicos cada vez peores: -69 u$s/ha en campo alquilado y 288 u$s/ha en campo propio. Para la misma fecha en 2022, la rentabilidad neta era de 468 u$s/ha en campo propio y de 13 u$s/ha en alquilado.

Fuente: https://www.noticiasagropecuarias.com/

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