Si usted ya no vive en Chacabuco…

Si en alguna oportunidad debió mudarse de aquí, permítanos contarle que en los últimos tiempos varios males aquejan a nuestra amada ciudad, aunque uno de ellos, extrañamente, nos ha convertido en un récord casi global.
El daltonismo epidémico 
Debemos ser una de las comunidades con mayor cantidad de afectados con este defecto genético que ocasiona dificultad para distinguir los colores.
La palabra daltonismo proviene del físico y matemático John Dalton que padecía este trastorno. El grado de afectación es muy variable y oscila entre la falta de capacidad para discernir cualquier color (acromatopsia) y un ligero grado de dificultad para distinguir algunos matices de rojo y verde.

John Dalton fue un naturalista, químico, matemático y meteorólogo británico que descubrió el defecto por el cual las personas no pueden distinguir colores. 

Esta última modalidad es la más difundida por acá y está causando un efecto colateral: cientos de chacabuquenses por día –al no poder distinguir los colores- optan por pasar los semáforos en el estado en que se encuentren.  El resultado es que los silenciosos “servidores públicos” prenden y apagan sus señales para que sólo algunos vecinos -que todavía no han sido alcanzados por el mal- los respeten.  Imagínese usted, ex vecino, cómo se sienten esas pobre máquinas… veinticuatro horas de riguroso y puntual paso del rojo al amarillo  de éste al verde y otra vez al amarillo para empezar una ronda nueva de indicaciones y reconocerse totalmente ignoradas…
Nuestros semáforos a veces no funcionan del todo bien, aunque para miles de vecinos que sufren daltonismo, es igual. 

El caso es para que los médicos especialistas se pongan a trabajar; algo ha ocurrido en Chacabuco para que tantos y tantos vecinos se hayan contagiado rápidamente.  Hay algunos datos interesantes que podrían colaborar con la ciencia a la hora de investigar el caso: pareciera, sin haber hecho estadísticas claro, que la mayoría de los alcanzados por este daltonismo epidémico son los motociclistas, aunque tampoco se salvan de la epidemia varios conductores de vehículos, algunos muy caros.
Hablemos de política: El giro alarmante a la izquierda en la sociedad chacabuquense
Otro asunto preocupante que se asoma en el horizonte, estimado amigo lector que ya no vive en Chacabuco, es es la tendencia -perfectamente palpable- de girar a la izquierda que muestran cientos de habitantes de esta ciudad.
En las últimas tres décadas, vividas bajo las reglas de la dinámica democrática, los partidos y frentes de esa orientación política han tenido una escasa aceptación por parte de los votantes locales.  Podría decirse que –desde 1983 ala fecha- no hubo ningún resultado interesante para los representantes de las tendencias socialistas, comunistas, trotskistas y otros emprendimientos aledaños.
Pareciera que las ideas de Karl Marx vuelven a tener vigencia en la sociedad chacabuquense. 

Sin embargo, en estos últimos tiempos, -y quizá favorecido por los vientos políticos que soplan en Latinoamérica- parece haberse desatado una especie de conversión de la sociedad chacabuquense, pues, todos los días, miles de habitantes de esta ciudad giran a la izquierda… donde no deben.
La Ley Nacional de Tránsito (24.449), en el inciso f) de su artículo 44, dice: “En vías de doble mano no se debe girar a la izquierda salvo señal que lo permita”. La salvedad a la que hace referencia el texto frío de la norma no se ve en Chacabuco, exceptuando la dudosa indicación de “Al centro” que se encuentra –circulando por Avenida Lamadrid hacia plaza Belgrano- metros antes de llegar a calle Pueyrredón.
Esta señal, innecesaria para quien conoce la Ley nacional de tránsito 24.449, está adosada a los semáforos de las avenidas de Chacabuco pero tampoco es respetada. 

Las decenas de carillas gestadas en el Congreso de la Nación que ocupa la 24.449 no amedrentan a los chacabuquenses quienes parece que han optado –mediante algún pacto secreto- por desconocer los noventa y siete artículos de la ley que nos dice cómo debemos “manejarnos”.  Debe ser que cada habitante de este suelo ha elegido elaborar su propia ley de tránsito, acomodada según sus intereses y necesidades.
Y usted, que ya no vive en Chacabuco, se la pierde…  Con sinceridad… ¿No le dan ganas de pegar la vuelta y tener también usted una ley propia?
A mayor incumplimiento, más ley
Esta parece ser la lógica de las autoridades, pues por estas horas se conoció que en la última reunión de la Comisión de Seguridad Vial se acordó que, desde mediados de marzo, se comenzará a exigir a los motociclistas que, en cumplimiento de las normas vigentes, estacionen sus unidades sobre la calzada.
El subsecretario de Tránsito, Luis Molina, informó tras el encuentro que en los próximos días se comenzarán a demarcar las zonas de estacionamiento para motos que habrá en cada cuadra, sobre todo en la zona céntrica.  Además, está previsto colocar carteles.  «La idea es que haya dos sectores de estacionamiento por cuadra», expresó el subsecretario.
Desde mediados de marzo no se podrán estacionar motocicletas en las veredas.

Bien por el empeño en poner en práctica los alcances de las normativas vigentes. Ahora la pregunta se cae de madura, como la pera: ¿Cómo se hará cumplir una normativa más a un sector tan indisciplinado como el de los motociclistas?
La respuesta, querido lector que ya no vive en Chacabuco, la dará el correr del almanaque, pero usted tranquilo… nosotros le haremos saber cómo resultó el experimento. A menos que quiera hacer una visita a la ciudad que siempre lo espera para constatar «in situ» y con sus propios ojos cómo evolucionan tan urticantes cuestiones viales. Hasta siempre, Felicidades!!!