Se bajó el telón del «Pepsi Music 2013, El Festival»

(Por Matías Fittipaldi) Sin dudas que el artista preferido del “Pepsi Music, El Festival” fue Pearl Jam.  En esta edición  según cifras oficiales, asistieron mas de sesenta mil personas a Costanera Sur.  Además de Pear Jam se presentaron Black Keys, The Hives, Hot Chip, Two Door Cinema Club, Alabama Shakes, entre varios más.
Esta presentación de Pearl Jam fue muy similar a la anterior -hace menos de un año y medio en La Plata- siguiendo el esquema anterior pero obviamente que cada presentación tiene un “gustito” distinto y propio.
El escenario no es un contexto para pantallas HD ni luces coreográficas de alto impacto. En este caso, el mismo estaba formado por un telón que simulaba parlantes, siendo esto el único “adorno” colocado en el escenario; pero nadie reclama esto.  No hay queja posible cuando hay una banda en el escenario compuesta por un baterista acrobático así como pirotécnico: Matt Cameron; un guitarrista como McCready, que aprovecha cada hendidura posible para demostrar que es bueno en serio en lo suyo y que lo hace tranquilo porque Stone Gossard no reclama protagonismo, y porque Ament hace parecer fácil esas bases intrincadas de bajo.
La entrega se atestigua en la remera de Rocky de Vedder, que queda empapada en sudor desde el tercer tema, como el conjunto deportivo de Balboa al trepar la escalinata del Museo de Arte de Filadelfia.

Arranque a pura lluvia
Pese al diluvio, la primera jornada del Pepsi Music, El Festival, reunió a seguidores de diferentes géneros en el predio de Costanera Sur. Las bandas subieron al Escenario Este a tiempo (el «principal», entre los cinco escenarios montados para el encuentro) y no hubo demoras, por lo que se respetó la grilla prevista y miles de personas celebraron el ritual. Por momentos paró de llover y los vendedores de gaseosas, agua y pilotines pudieron circular entre los asistentes que se reacomodaban entre los charcos y el barro.
Cuando llegó el turno de una de las mayores atracciones de la jornada, Queens of the Stone Age, se desató un diluvio que aportó mística roquera al concierto que brindó la banda de rock stoner liderada por Josh Homme. «It’s so fucking wonderful to see you» («Es tan endemoniadamente maravilloso verlos»), saludó el vocalista, y el público rugió, aplaudió y nunca más paró de saltar.
«We love you, Buenos Aires» («Los amamos, Buenos Aires»); «It´s good to be here again» («Es tan bueno estar acá de nuevo»), fueron las palabras que regaló a quienes, contra viento y marea (casi literalmente), festejaron cada acorde, cada distorsión, corearon hasta los riffs durante casi una hora y media, en la que sonaron los reconocidos «Little sister», «No One Knows» y el nuevo «My God is the Sun», entre otros.
Antes, cerca de las 16, cuando el público comenzaba a congregarse, en el mismo escenario sonaron las bandas locales Viva Elástico y 202. Luego, durante unos 45 minutos, los británicos de Kaiser Chief (no sería su primera vez en el país), compartieron su sonido de rock más clásico, con canciones como «Average», «Little shocks», «Every day I love», «Riot», «Ruby» y «Oh my god», que el público agradeció y acompañó con devoluciones de gritos y aplausos.
Claro que también hubo lugar para el pop, con los Passion Pit, quienes tocaron temas de sus dos discos, «Manners» y «Gossame», y arrancaron alaridos entre los grupos de jóvenes amigas que asistieron «sólo para verlos a ellos», como se las escuchó afirmar.
La provocadora banda local Massacre, por su parte, subió al escenario cerca de las 19. De la mano de sus temas más reconocidos, como «Es la octava maravilla» -que la audiencia ovacionó- o «Tanto amor». Fue entonces que Walas, el carismático vocalista, se despachó con un guiño al pasado, cuando dijo: «Recuerden que todos somos cadáveres de niños» (tal era el nombre de la agrupación de punk rock de los 80).
Catupecu, capítulo aparte
Con «Óxido en el aire», Catupecu Machu apareció en escena cerca de las 22 del día martes 2, y el público, habituado a ver a la banda en festivales y escenarios locales, festejó el comienzo de lo que sería un concierto casi entre amigos. Explotó la audiencia con «Confusión» y la cantó entera. La energía circulaba y «Perfectos cromosomas» multiplicó la pasión por eso que la mayoría conocía, y lo mismo pasó con «Eso espero».
Luego vinieron las reflexiones de Fer (Ruiz Díaz, vocalista): «Hay que hacer algo para que se vaya el agua»; «gracias por estar acá, llovió y vinieron igual»; «Buenos Aires era como Kosovo hoy»; «Las plantas están felices pero la gente no». Mientras que desde abajo gritaban «aguante el rock nacional, loco».  Entonces llegaron «Baile guerrero» y «Aparecen cuando bailamos» (las musas, claro) y el público, que no dejó de saltar y cantar ni un segundo, se transformó en un sólo bloque, aunque con «Magia veneno» aplaudieron a rabiar desde allá abajo.
Tal vez uno de los momentos más poderosos y conmovedores que Catupecu vivió junto al público fue el de «Hechizo», la versión que la banda hace del tema de los Héroes del Silencio, para sumarlo a «Dale», que también enloqueció al auditorio, y algo similar, tal vez un poco más explosivo, sucedió cuando Macabre (el tecladista), le puso voz a «Hey Ho Let´s go», de The Ramones. Antes de terminar una jornada a puro rock con el clásico «Y lo que quiero es que pises sin el suelo», Fer dedicó el show a Luis Alberto Spinetta ( «Para vos, Flaco») y envió «la mejor energía» a Gustavo Cerati. Después de noches como la del martes, queda claro que lo que queda, siempre, es la música.

Fuentes: http://www.pepsimusic.orghttp://m.rollingstone.com.ar  http://www.rionegro.com.ar