De recorrida por lotes de colza en Chacabuco

El día miércoles 3 de octubre se realizó en Chacabuco una Jornada de Colza Organizada por el Grupo Regional AAPRESID (en formación) de esta Ciudad. Si bien se trataba de una jornada interna del grupo, se hizo extensiva la invitación al público en general a través de los medios de comunicación locales.
Durante la recorrida, que comenzó a las 9:30 hs., y abarcó lotes situados en los cuarteles II y X del Partido de Chacabuco, se visitaron lotes con variedades de Nidera, Sursem y Nuseed.
Luego de una breve introducción al cultivo por parte del Ing. Agr. José Luis Tedesco, los productores Gilberto Giammarino, Mario Ferreri e Ignacio Fiori, todos los mencionados pertenecientes al grupo de AAPRESID en formación, hicieron una exposición del manejo aplicado en cada caso.
A modo de conclusión y resumen de la Jornada, los lotes visitados fueron sembrados en todos los casos entre el 20 y el 30 de abril con cultivares primaverales producidos por cada uno de los semilleros mencionados.
A la hora de elegir la fecha de siembra, en todos los casos se calculó, en base al ciclo de cada cultivar, que las primeras heladas ocurrieran con el cultivo en el estado fenológico de roseta y, en la medida que lo permiten los cultivares a disposición, que la floración escapara lo máximo posible a las últimas heladas según registros climáticos históricos.

La fertilización fosforada se realizó a la siembra y se calculó en base a análisis de suelo y a los requerimientos del cultivo para un rendimiento objetivo de 2,5 Tn./ha, con niveles de entre 25 y 32 kg de P (fósforo elemental).
Para la fertilización nitrogenada se utilizó el mismo criterio, situándose entre los 60 y 90 kg/ha de N (nitrógeno elemental). Ya sea conjuntamente con la fertilización fosforada, o la nitrogenada, se tuvo en cuenta la utilización de fertilizantes que contienen azufre.
Entre los asistentes no habituados al cultivo causó cierta sorpresa el importante nivel de fertilización aportado, esto se explica porque la colza tiene altos requerimientos de nutrientes, aunque la extracción no se expresa en la misma medida.
Se trató durante las exposiciones el tema fundamental de la implantación de la colza, de cuyo éxito depende en gran medida la viabilidad del cultivo, observándose que en ciertos casos en lotes bajo siembra directa, donde existe una importante cobertura, el barrerrastrojos puede volverse una herramienta importante para coadyuvar al cultivo a resistir las heladas invernales, si bien en el presente año, a pesar de no haber contado con el dispositivo mencionado, demostró tolerar heladas con temperaturas que rondaron los -6°C en el partido de Chacabuco, jugando evidentemente a favor las fechas de siembra de abril que permitieron una rápida llegada al estadío de roseta.
Las críticas que se le realizan al barrerrastrojos, por otra parte, se fundamentan en que no permitirían distanciamientos entre hileras menores a 35 cm cuando es altamente conocida la alta competencia que ofrece la colza a las malezas, sobre todo en distanciamientos menores, como 17,5 cm, 19 cm ó 21 cm.
Otro de los temas tratados fue el referente a herbicidas y las estrategias para su aplicación, debido a que el espectro de principios activos factibles de utilización es bastante acotado y en ese contexto se vuelve fundamental aprovechar la alta capacidad competitiva que presenta la colza.
De acuerdo a la tecnología hoy disponible, las principales conclusiones pasaron por la búsqueda de llegar a la siembra con el lote lo más limpio posible y posteriormente utilizar herbicidas postemergentes en dosis bajas no fitotóxicas para el cultivo a sabiendas de que estos herbicidas pondrán un freno al crecimiento de las malezas sin lograr un control efectivo y total, de esta manera los herbicidas postemergentes sólo aportarán algo de tiempo extra que permita «despegar» al cultivo además de algún control parcial de ciertas malezas.
En la presente campaña se evidenció al principio del ciclo del cultivo ataques de Plutella xylostella, especie insectil que tiene gran preferencia, no sólo por la colza, sino también por otras crucíferas de producción hortícola y en ocasiones puede presentar dificultades para su control. En la mayoría de los lotes recorridos se utilizaron insecticidas piretroides microencapsulados que ofrecieron un nivel de control aceptable, reforzado posteriormente por agentes naturales como las lluvias de principios de agosto.
Los cultivares visitados, fenológicamente, se encontraban entre G1 y G3 (de acuerdo a la clasificación europea INRA-CETIOM) donde G1 representa la caída de pétalos con 10 silicuas* o más de 2 cm de largo y G3 representa el estadío en el cual las silicuas* tienen más de 4 cm de longitud.
En el caso del único cultivar que se encontraba en G3 al momento de la recorrida, se hizo evidente que su ciclo es algo inadecuado para nuestra zona debido a que si la siembra se realiza muy tarde, las primeras heladas pueden afectarlo irreversiblemente en la implantación y por el contrario si se siembra en fechas para evitar ese inconveniente aumenta el riesgo de que las últimas heladas afecten a la formación de granos y en consecuencia al rendimiento, como ocurrió en el lote visitado donde se hallaron numerosos granos chuzados cuando se abrieron las silicuas*, producto de las últimas heladas de septiembre.
La Jornada finalmente se dio por finalizada pasado el mediodía, con gran expectativa de cara a la cosecha que se realizará durante todo el mes de noviembre.
*Nota: la silicua es el fruto de la colza, que para quienes no están familiarizados con el cultivo, es similar a una «chaucha» dividida internamente en dos mitades con semillas muy pequeñas a uno y otro lado de dicha separación.