Las pérdidas de terneros y de parcelas implantadas con trigo fueron las consecuencias entre otras, más inmediatas que dejaron las inundaciones de la primera quincena de agosto, de acuerdo a un informe elaborado por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa y que fue publicado el viernes último, aunque aún no fueron cuantificadas las verdaderas pérdidas.
Según Carbap, las pérdidas podrían alcanzar a unos 370 mil terneros y 300 mil hectáreas de trigo en la Provincia de Buenos Aires.
Los datos se deprenden de un informe que abarca las zonas del noroeste, centro y sudeste bonaerense, así como la cuenca inferior del río Salado, la más afectada por estas horas debido a la imponente masa de agua que baja por ese curso -hacia su desembocadura en la Bahía de Samborombón- desbordando hacia los distritos aledaños.
Es especialmente en esa parte de la cuenca, zona de cría por excelencia, donde se concentra el grueso de los 370 mil terneros perdidos.
«Se trata de animales que mueren al nacer porque las vacas paren directamente en el agua, o de terneros que ya nacen muertos debido al estrés que provoca en las madres el hecho de estar metidas en el agua durante tanto tiempo», dijo el presidente de Carbap, Horacio Salaverri.
La situación no solo afecta a los vacunos. Aunque la producción es mucho menor, la cría de ovejas también está fuertemente resentida.
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