Diez discos que cumplen 40 años

ABBA – ABBA

Después de darse a conocer en Europa a partir del éxito de Waterloo (1974), el principal producto de exportación escandinavo llegaría al mundo entero con este tercer álbum y una colección de hits irresistibles como «SOS» y «Mamma Mia». Hace 40 años, pop era una palabra de origen sueco.

Aerosmith – Toys in the Attic

Desde su formación y durante sus primeros dos discos, los chicos malos de Boston tuvieron que sufrir burlonas comparaciones con los Rolling Stones por su rock de raíces bluseras a cargo de un frontman bocón. Pero los hitazos de «Sweet Emotion» y «Walk This Way» los hizo brillar con luz propia y los puso como principales referentes de ese subgénero cargado de testosterona y excesos llamado cock rock.

David Bowie – Young Americans

Suele haber un momento en la carrera de muchos artistas europeos en el que «descubren» los Estados Unidos y caen seducidos por la música negra, período que Bowie registró en este disco de «plastic soul» cargado de influencias del R&B, funk, disco. Aquí comienza su larga sociedad con el guitarrista Carlos Alomar y Ziggy queda definitivamente enterrado por su nuevo y peligroso alter ego sucesor, The Thin White Duke.

Bob Dylan – Blood On The Tracks

La leyenda del folk entró de manera conflictiva en los 70: cambios de sello, discos irregulares y una dolorosa separación de su mujer, Sara. De todo eso, hizo su álbum más personal y sufrido. «Las canciones son mis padres hablando», dijo alguna vez su hijo, Jakob. Sin embargo, Dylan siempre negó las interpretaciones autobiográficas y dijo que los temas están inspirados en cuentos de Anton Chekhov. El músico regrabó la mitad del disco pocos días antes de editarse, lo cual dio (durante muchos años) varios de los bootlegs más celebrados por los fans. Ya hay libro (A Simple Twist of Fate: Bob Dylan and the Making of Blood on the Tracks, de Andy Gill y Kevin Odegard), pero todavía seguimos esperando la película sobre el trabajo más exitoso en la carrera de Dylan.

Fleetwood Mac – Fleetwood Mac

Antes de que Rumours (1977) se transformarse en uno de los álbumes más vendidos de la historia, Lindsey Buckingham y Stevie Knicks se sumaron a la banda y le dieron una segunda vida con este trabajo que los puso un escalón antes del superestrellato y los convirtió en íconos del soft-rock californiano.

Led Zeppelin – Physical Graffiti

Dos años después de Houses of the Holy, el cuarteto llegó con su obra más ambiciosa: un álbum doble, lanzado por su propio sello (Swan Song), donde no faltaron los conflictos (como los frecuentes cambios de estudio y los problemas de salud de Jon Paul Jones) y que es un compendio de la potencia y diversidad de intereses de la banda. Desde la orquestación oriental («Kashmir») y el folk («Bron-Yr-Aur»), al rock progresivo («In the Light») y el blues («In My Time of Dying»). El mes próximo, se lanzará una reedición de lujo remasterizada por su nuevo aniversario, que incluirá material inédito.

Pink Floyd – Wish You Were Here

Entre el desafío seguir adelante tras el suceso de The Dark Side of the Moon y el vacío del éxito, surgió el que, para muchos, es la verdadera obra maestra de la banda de Londres. Un lamento por las ausencias («Wish you Were Here», «Shine On You Crazy Diamond», tributo en nueve partes al ex miembro Syd Barrett) y la desilusión tras el suceso («Welcome to the Machine» y «Have a Cigar», sobre la industria musical).

Queen – A Night At The Opera

¿Es este el mejor álbum de la banda? Los fans podremos discutir durante años, pero seguramente acordaremos que es el trabajo que mejor resume el rimbombante sonido de un cuarteto capaz de otorgarle a cualquier género el peso de una obra clásica. Sí, aquí nació el rock operístico con «Bohemian Rhapsody», pero también están la conmovedora «You´re My Best Friend», el himno fierrero de «I’m In Love With My Car», el dilema astrofísico de «´39» y la poderosa balada «Love of My Life».

Patti Smith – Horses

Uno de los discos debut más significativos de la historia, que reúne la poesía beat de San Francisco con el sonido escena punk de Nueva York y definió la carrera de toda una nueva generación de músicos. La importancia de Horses puede medirse por su legado: las historias de Morrissey, PJ Harvey, Sonic Youth, U2, Shirley Manson, Martha Wainwright, R.E.M. y decenas y decenas de artistas hubieran sido muy diferentes sin la inspiración de esta obra fundamental.

Bruce Springsteen – Born To Run

Era un «todo o nada» para El Jefe, que veía en su tercer álbum la última oportunidad para alcanzar la fama. Su sello le dio un abultado presupuesto y toda la presión para conseguir un hit. El músico trabajó 14 meses madurando sus letras de sueños rotos, deseos y rebeldía sobre un piano febril y una producción wall of sound a lo Phil Spector. «Era la primera vez que usábamos el estudio como una herramienta, y no como un lugar para capturar lo que hacíamos en vivo», contó años más tarde. El resultado fue un álbum de épica urbana que, mucho más que el éxito esperado, hizo de Springsteen un símbolo de la cultura norteamericana.

Fuente: Rolling Stone Argentina

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