Benito Fernández: “Nuestras carreras son muy egocéntricas”

El diseñador y su hijo rockero enumeran qué los une y qué los diferencia. La imagen y los políticos. Tres ovejas muy famosas.

Benito Fernández, del mundo de la moda, y Lucas White, su hijo músico, del rock. Por momentos se pasan facturas y se refriegan críticas, y la entrevista muta en una especie de terapia familiar. Durante la sesión se contradicen, pero montan una especie de show y se ríen, a carcajadas. Es que el diseñador y el músico se complementan a la perfección: cuando uno se olvida de algo, el otro enseguida le remarca el olvido, y viceversa. Pero se nota que se admiran mutuamente. Más información de las noticias sobre cultura Argentina.

Eso sí: a Fernández le hubiese encantado ser cantante, pero White jamás pensó en fatigar un centímetro y diseñar un vestido de alta costura. “Me hubiese gustado ser más pop que Lucas, pero siempre me gustó esa cosa de comunicar a través del canto”, confiesa el exitoso diseñador.

Cuando Lucas le dijo que iba a ser músico, ¿qué pensó?

Benito Fernández: Me encantó. Al principio me costaba un poco porque tocaba nada más que la guitarra, pero después me enganché más. Cuando empezó a componer sus canciones, ahí es donde dije: no, esto es otra cosa. Y después me terminó de cerrar cuando lo vi arriba del escenario, y vi la buena onda y el feedback que tenía con la gente. Es lo mismo que me pasa en los desfiles.

¿Sale a usted en eso?

Fernández: Sí, somos reparecidos.

Lucas White: Compradores (risas).

Fernández: Carismáticos y compradores. Conseguimos cosas que la verdad que a mucha gente le cuesta más. No sé si es la simpatía, la onda.

Y Marina, su otra hija, ¿qué va a estudiar?

Fernández: Terminó quinto año, ahora empieza la facultad y va a estudiar Diseño. ¡Por suerte, me encanta!

Ella sí sale a usted.

Fernández: No sé si a mí, pero me encanta que mis hijos elijan carreras no tan convencionales. Me parece que hoy los oficios te dan más oportunidades que lo que eran en mi época las carreras tradicionales. Por eso me encanta que Lucas haya elegido el rock.

¿Le gusta la música que hace su hijo?

Fernández: Me encanta.

¿Lo dice porque es su hijo?

Fernández: No, independientemente. Cuando tocaba la guitarra no me moría, él lo sabe. Soy muy crítico de él, nuestras grandes peleas son porque soy muy crítico.

¿Le remarca los errores?

Fernández: Sí porque soy el padre, no soy un amigo. A veces quiere empezar con un tema, y le digo: no, tenés que abrir más arriba, no toques tanto en inglés, menos tiempo.

¿Y usted, Lucas, le critica lo que él hace?

White: Bueno, justo hoy le critiqué (risas). No, en realidad nunca lo critico en el sentido laboral… bah, por ahí si. Tenemos el sí muy fácil.

Fernández: Ah, eso sí.

White: Es que a veces te “engrampan”, a veces es un “chino” y yo le digo: pará, sos Benito Fernández, no podés ir a hacer ese “chino”. Pero, en realidad, me marca más él a mí.

Y al revés, ¿le gusta lo que hace Benito?

White: Si, me encanta. A veces le afano cosas para mi novia porque me encanta como le quedan. De hecho, ella siempre me jode, me dice que si no es de mi viejo no le gusta.

Cuando empezó su carrera como músico solista, tras abandonar la banda Principia, White pensó que necesitaba otro apellido. “Me puse White por blanco, por la pureza, algo así como empezar de nuevo”, dice. Pero en ese cambio de identidad les cuesta a padre e hijo ponerse de acuerdo: el diseñador explica que cambió para que no lo relacionaran con él. El músico no concuerda. “No lo hice por eso, no lo hice por eso”, repite, y se queja.

Fernández: Pero sí…

White: No, es que si yo me pongo Lucas Fernández puedo ser hijo del verdulero, de la Presidenta o de cualquiera.

Fernández: No importa. Se cambió el apellido y se puso un nombre artístico, y después se dio cuenta que siendo “hijo de” ganaba en un montón de cosas, hasta ganaba chicas (risas).

Entonces, no le cayó mal el cambio de apellido.

Fernández: No, me encanta que hagan cosas. Aparte, yo no tuve ese apoyo de mis padres al principio, de elegir algo más alternativo, de ser distinto. Y a mí me gusta que mis hijos sean distintos, sacarlos del promedio.

¿Y Marina, es igual a ustedes?

Fernández: No, Marina es mucho más tímida que nosotros, más retraída, ella tiene sus códigos, le cuestan más las relaciones, es más celosa. Nosotros somos más abiertos.

White: Pero es mucho más responsable.

Fernández: Sí, no se olvida de nada. Nosotros perdemos todo, nos olvidamos de todo.

White: Podemos llegar a acordarnos de algo muy importante que teníamos que hacer, dos días después. Me ha pasado de acordarme dos días después de que tenía una reunión.

Fernández: Sí, yo dejo el auto y después digo: ¿dónde dejé el auto?

Además de las críticas y los consejos laborales, ¿suelen darse consejos sentimentales?

Fernández: (Ríe a carcajadas).

White: No estamos aptos, si nos los damos, no nos escuchamos.

Fernández: Con Lucas es con el que primero hablo, es como que hablamos mucho y nos gusta, nos gusta compartir ese tipo de cosas. Igual es muy difícil, porque él tiene un carácter muy fuerte, yo también, y chocamos mucho.

Discuten fuerte, entonces.

Fernández: Si, Lucas es cabeza dura.

White: Vos también. Hacete cargo.

Fernández: Sí, discutimos.

White: Somos difíciles.

 Lucas, ¿cuánto le ayuda ser hijo de Benito?

White: Y, me ayuda en todo lo que sea exposición, tocar en programas de televisión, que me hagan una nota. Pero después, como todo, el tener mucha exposición puede ser para bien o para mal.

Noticias: ¿Y hoy vive de esto?

White: Sí. No estoy para ocho mil lujos, pero sí.

¿Hace cuánto que no le pide plata a su padre?

White: ¿Hace cuánto hará? Un año, ¿no?

Fernández: Sí, más o menos. Es lo que hablábamos recién, haciendo un oficio él se independizó a los 22, 23 años, y vive solo, alquila su departamento y paga sus cuentas. Y mis amigos, que tienen chicos que estudian carreras tradicionales o lo que supuestamente tienen que ser, les cuesta un montón.

White: A mí también me cuesta un montón.

Fernández: Bueno, pero se independizó, y a esa edad no se pueden independizar. Me encanta que pueda bancarse solo, que no dependa de mí.

Antes me dijo que le hubiese gustado ser cantante.

Fernández: ¡Sí, obvio!

White: De hecho Madonna te inspiró bastante.

Fernández: Si, Madonna me inspiró en varias de mis colecciones, después de su último recital en Buenos Aires, la colección siguiente se llamó Madonna.

Después hice Rock en Salta. Es esa parte social que tiene la música, tanto como la moda. Que se vea la moda solo como algo frívolo me rompe un poco las bolas. Pero bueno, por otro lado sé que hoy yo soy más personaje en una fiesta que un arquitecto, un médico, un ingeniero. La estética, hoy por hoy, es lo más importante. Antes era importante lo que decía un político, ahora es más importante la camisa que se pone, si se la abrocha o no, con quien se viste. Los políticos tienen asesores de imagen.

 ¿Lo buscaron políticos para que los asesore?

Fernández: Sí, pero no me interesa, porque los resultados de la política y la moda en la Argentina han sido malos, no han terminado en buen puerto, y mi carrera es hacer la moda.

 ¿Cómo juega el ego en su carrera?

Fernández: Y, tanto la de Lucas como la mía son carreras muy egocéntricas. Los que están al lado nuestro tienen que lidiar con eso.

White: Y mi novia asiente (risas).

 ¿Hay algo, Benito, que no le gusta de su hijo?

Fernández: A veces se le salta la cadena, es lo que le critico porque le digo que se va a perjudicar él, independientemente de si tiene razón o no. Yo soy más amor y paz.

White: ¿¡Qué amor y paz?!

Fernández: Bueno, un poco. No, la verdad que me encanta como ha hecho su carrera, todo, me siento identificado con él.

 ¿Y usted, Lucas?

White: Yo también, es como que igual nos entendemos.

Fernández: Tengo que ser padre en algún momento (risas).

White: ¡Contale de las ovejas, contale de las ovejas!

Fernández: ¡Ah! (Risas). Tengo tres ovejas, que me regaló mi pareja, y las llevamos al campo. El encargado del campo me dijo: “Patrón, hay que ponerles nombre”. Una era negra y las otras dos blancas. Y dije: bueno, son Moria, Mirtha y Susana (risas).

Moria Casán, Mirtha Legrand y Susana Giménez ¿saben esto?

Fernández: No, pero se van a enterar ahora (risas).