Con la laguna a pocos centímetros de desbordarse y pasar sobre la ruta, el oleaje depositó barro y malezas sobre la cinta asfáltica, que en partes parece un camino de tierra.
Esto transforma en muy peligrosa la circulación sobre la ruta a través de La Picasa, motivo por el cual Seguridad Vial de la provincia cortó el tránsito por la 7, desviando en Rufino (cruce con la 33) a los vehículos que van hacia el este, y en Diego de Alvear a los que van hacia el oeste.
En tanto, Vialidad comenzó a colocar piedras en los bordes del terraplén, para reforzarlo y evitar que el agua destruya la ruta en ese tramo.