La Rioja: Reservas naturales, turismo aventura y vida pueblerina en General Felipe Varela

Gustavo Espeche Ortiz. TELAM. El mundialmente famoso Parque Nacional Talampaya es el atractivo saliente del departamento General Felipe Varela, en la Rioja, sin embargo es sólo la punta del iceberg de todas las opciones que ofrece al visitante, como turismo aventura, ocio, relax y paseos por sus pueblitos que parecen detenidos en el tiempo.

Cabalgatas, trekking, mountain bike y excursiones en vehículos todo terreno, entre las actividades para quienes gustan descargar adrenalina, se complementan con avistajes de flora y fauna autóctona, en especial camélidos y aves de montañas.

Después de contemplar los imponentes atardeceres riojanos en los que el horizonte se desangra en un rojo intenso desde la cordillera, al caer la noche se pueden hacer recorridos a la luz de la luna y las estrellas, bajo uno de los cielos más diáfanos del país, entre las montañas o por cauces de ríos secos y valles.

La gastronomía típica riojana es otro de los fuertes atractivos de este departamento del oeste provincial, cuyos platos ancestrales y contemporáneos el turista los puede disfrutar en los restoranes de sus pueblos, y en Villa Unión, la ciudad cabecera, que concentra varios establecimientos.

Las típicas empanadas criollas -con sus característicos trozos de papa- o árabes, locros, humitas, cabritos al asador o al horno de barro son infaltables en los menúes, lo mismo que los vinos locales, tanto malbec como el «auténtico torrontés riojano» o el bonarda, que da excelentes resultados desde hace varios años, y entre sus postres siempre el cayote en almíbar con algún quesillo, nueces, y dulces de membrillo y de lima.

Del Talampaya es mucho lo que se puede decir pero poco lo que queda por contar, debido a su fama que trasciende países y continentes y recorre el globo, pero su valor para el turismo puede estar resumido en la declaración de Patrimonio Mundial por parte de Naciones Unidas, junto al Valle de la Luna, en San Juan.

El departamento es atravesado por la mítica Ruta Nacional 40, que recorre el país de sur a norte paralela a la Cordillera de los Andes y une sus extremos continentales, y desde Felipe Varela se accede a uno de sus tramos más espectaculares al entrar al Departamento Chilecito: la zigzagueante Cuesta de Miranda.

Vecinos a La 40 se encuentran algunos de los pequeños pueblos que no están dispuestos a cambiar con el correr de los años, como Aicuña o Las Trancas, con sus calles de tierras y casas bajas de paredes de adobe, donde la hora de la siesta es casi un mandato religioso.

Otros sitios tan atractivos por lo pintoresco como por su valor histórico son Guandacol, la Quebrada del Alazán, la Casa de Felipe Varela, el antiguo establecimiento Minero San Bernardo y Vallecito Encantado.

Cerca de Villa Unión está Pagancillo, puerta de ingreso al Valle del Bermejo y localidad más cercana al Talampaya; Los Palacios, cuna del vino casero del Valle del Bermejo, y Banda Florida, con opciones para realizar turismo aventura y cultural.

Este departamento también puede ser base para largas excursiones de turismo aventura en el vecino Departamento Vinchina, que cuenta con destinos como la reserva provincial de Laguna Brava, a unos 4.300 metros sobre el nivel del mar, o el cráter Corona del Inca, a 5.400, en ambos casos pasando por la Quebrada del Troya.

La secretaria de Turismo de General Felipe Varela, Nadia Barrera, comentó a Télam que «este Departamento ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años en lo que a turismo se refiere».

«Llegan visitantes de todo el mundo, ansiosos de conocer lo que la misma Unesco reconoció como Patrimonio de la Humanidad y no se defraudan nunca ante lo que encuentran aquí», añadió en referencia al Talampaya.

También se manifestó satisfecha por los resultados obtenidos hasta ahora en la temporada de invierno, y señaló que las reservas «en la Secretaría de Turismo y en los establecimientos hoteleros empezaron desde principios de junio».

Barrera consideró que la excelente gastronomía de Felipe Varela, sus vinos, los maravillosos paisajes, la belleza de sus artesanías y la calidez de su gente hacen que éste sea uno de los destinos no tradicionales más requeridos en la temporada de invierno.

Ubicado en un punto vial neurálgico de esa zona cordillerna, este Departamento tiene acceso desde San Juan por la Ruta 40 y la nueva Ruta Nacional 150 (corredor bioceániconque pasa por el Valle de la Luna y lleva a Chile) y desde ésta conectando con la Ruta Nacional 76, que también va al país vecino luego de atravesar la reserva de Laguna Brava.

Desde Buenos Aires se puede ir en avión hasta La Rioja o San Juan, y desde allí en ómnibus o combis privadas, o eventualmente en coche alquilado, lo mismo que desde otras provincias vecinas.

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