Acto por los cuarenta años del golpe del 24 de marzo de 1976

Este jueves por la mañana, en el monolito que recuerda a los desaparecidos de nuestra ciudad, en la plaza San Martín, se llevó a cabo el acto oficial Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.  El evento, que se caracterizó por su extensión, contó con la presencia del intendente de Chacabuco, Víctor Aiola, quien estuvo acompañado por varios integrantes de su gabinete.

Para abrir la ceremonia, familiares de desaparecidos de nuestra ciudad colocaron un ornamento floral en el monolito que los recuerda.

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Luego, Carla Pederzoli(Comisión por la Memoria) y Mario Feroldi(Centro de Ex Combatientes de Malvinas) leyeron una cronología de los hechos más imporantes vinculados con los Derechos Humanos ocurridos durante los últimos cuarenta años.

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Seguidamente, fue el turno de la actuación del Coro Voces Sin Tiempo de la Escuela de Actividades Culturales, que dirige la profesora Sandra Alegre. Interpretaron «Canción de caminantes»(M.E. Walsh) y «La canción es urgente»(Teresa Parodi).

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La continuidad del acto la dieron los discursos del intendente y de Cristina Ardura, de Castilla,  quien hizo una semblanza de Mónica Claverie, vecina desaparecida de aquella localidad.

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Aiola recordó las palabras de Raúl Alfonsín al momento de asumir como Presidente de la Nación: “tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra Argentina”.

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Para cerrar el acto, y en nombre de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Chacabuco, habló Liliana Carnaghi. Este es el discurso completo:

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En el Día Nacional de la Memoria estamos aquí reunidos, una vez más, para repudiar el golpe cívico militar del 24 de Marzo de 1976, que nos llevó a una dictadura genocida durante la cual cientos de jóvenes militantes, obreros sindicalizados, actores, músicos, escritores, profesionales, integrantes de grupos juveniles, fuimos perseguidos, marginados, excluidos, detenidos, desaparecidos, apropiados, asesinados, bajo el lema de “reorganización nacional”, avalado y apoyado todo esto por sectores de poder que decidieron sistemáticamente la represión al pueblo argentino y que fue llevado a cabo por fuerzas policiales y militares, como también por civiles. Sin olvidar las denuncias hechas por los soldados que estuvieron combatiendo en las Islas Malvinas.
Renovando así lo que decimos desde hace 40 años: condenamos las violaciones a los Derechos Humanos de toda la sociedad llevadas a cabo por el terrorismo de Estado entre 1976 y 1983 y las consecuencias económicas, políticas y culturales que hasta el día de hoy se mantienen, denunciamos, una vez más, los delitos de lesa humanidad que continúan sin ser juzgados, los 400 nietos que aún no recuperan su identidad y pedimos la identificación de los restos de los detenidos-desaparecidos y de los soldados muertos en combate en Malvinas enterrados en el cementerio de Darwing como NN.
Reclamamos, como siempre, continuar el camino de la verdad, fortalecer la memoria y la justicia, así como también el fin de la impunidad, garantizando el cumplimiento de las políticas de los Derechos Humanos en todo el país y remarcando una vez más el concepto base de que el Estado es el garante de los derechos humanos en su conjunto y debe continuar en el ejercicio de ese rol.
Por esto, el Estado debe:
– continuar con los juicios a los genocidas;
– sostener la actuación como querellante de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación,
– continuar acompañando a víctimas y testigos,
– garantizar la preservación del acervo documental del Archivo Nacional de la Memoria y su accesibilidad para la Justicia, los organismos de derechos humanos y la sociedad en general.
– avanzar en las investigaciones sobre la responsabilidad de los sectores civiles en el plan sistemático de desaparición y exterminio.
– proteger y fortalecer la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) y del Banco Nacional de Datos Genéticos.
– continuar el financiamiento de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas, programa a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación.
– Seguir preservando los sitios y espacios de memoria debidamente señalizados y conservados, lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio y son pruebas judiciales. Además, se requiere sostener los recursos humanos y materiales de los espacios de memoria que han sido refuncionalizados, para enseñar a las futuras generaciones el respeto por los derechos humanos.
– los Ministerios de Justicia y Seguridad deben continuar y fortalecer el trabajo para encontrar a los prófugos. Todavía hay más de 70 personas acusadas por delitos de lesa humanidad que son buscadas por el Poder Judicial.
– no aceptar el negacionismo de los crímenes cometidos, porque es una de las prácticas que atenta contra la construcción del Nunca Más.
Así mismo, hoy vemos con preocupación determinados aspectos centrales de las políticas de derechos humanos en el país:
– con respecto al derecho al trabajo, los despidos masivos en el Estado y el sector privado, porque el Estado debe garantizar y velar por el derecho al trabajo y no ser el promotor del desempleo ni la estigmatización y/o persecución a los trabajadores y trabajadoras.
– la puesta en vigencia del «Protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en manifestaciones públicas» que pone en riesgo aspectos esenciales de la democracia y su aplicación afecta los derechos a la vida, a la integridad, de reunión, de petición a las autoridades y la libertad de expresión; ya que no prohíbe que las fuerzas de seguridad porten armas de fuego ni restringen el uso de las llamadas «armas no letales» como las balas de goma. Además, limita el ejercicio de la libertad de expresión y restringe la labor periodística, dificultando la posibilidad de registrar prácticas de violencia institucional.
– además de este protocolo represivo, nos encontramos con un caso gravísimo de criminalización de la protesta social. Milagro Sala se encuentra detenida desde el 16 de enero. Exigimos su liberación y manifestamos que este hecho representa una amenaza a la vigencia de las libertades democráticas. Milagro Sala es una presa política ya que cualquier investigación en su contra debe desarrollarse sin vulnerar el principio de inocencia ni el derecho a la libertad personal. Como familiares de ex presos políticos y detenidos-
desaparecidos, no podemos dejar de ver este hecho como un retroceso en la historia democrática de nuestro país.
– han sucedido hechos de violencia institucional en el país, como por ejemplo la represión de gendarmería a una murga de niños en Bajo Flores. Es imprescindible que estos hechos sean investigados de manera adecuada, sus responsables sancionados y que las autoridades políticas de las fuerzas de seguridad brinden mensajes políticos claros sobre que estas prácticas policiales violatorias de derechos humanos no serán toleradas.
– la estigmatización a la militancia política juvenil y a determinados sectores sociales, la persecución ideológica y ataques violentos a locales partidarios, por ejemplo los tiros desde un balcón hiriendo a dos militantes de Nuevo Encuentro en la inauguración de su Unidad Básica, que muestran la intolerancia y el debilitamiento de los valores democráticos.
– ciertas medidas que afectan negativamente al pluralismo y al ejercicio del derecho a la comunicación en nuestro país, como la modificación por decreto de la Ley de Medios, donde se reduce drásticamente el papel del Estado en la regulación del sistema de medios y habilita que se consolide la concentración.
– determinados hechos que atentan contra el derecho a la información y la pluralidad de voces, por lo que denunciamos una censura solapada.
Por último, y sobre todo porque hoy se cumplen 40 años del día q se inició la última dictadura cívico militar, queremos leer y remarcar estas palabras de Eduardo Luis Duhalde ( abogado, militante, referente de los Derechos Humanos y Secretario de Derechos Humanos de la Nación desde 2003 al 2012) en su libro “El Estado Terrorista argentino”, que sintetizan con enorme precisión la importancia de la construcción del legado del nunca más para las nuevas generaciones:
“La memoria también está ligada con la construcción de la sociedad que queremos, es importante porque cuando hablamos de terrorismo de Estado estamos haciendo referencia también a la metodología impulsada por sectores políticos y económicos concentrados, que a través de las fuerzas armadas impusieron un modelo de sociedad ferozmente excluyente y totalmente dependiente. Y hoy si bien esa experiencia genocida, que forma parte de nuestro pasado lacerante está siendo condenada a través de los procesos que la justicia lleva a cabo, esta no ha alcanzado a esos factores político-económicos que impulsaron el golpe de estado y que están en nosotros. Hoy usan otros instrumentos, otros medios, pero el combate continúa.
El desafío que hoy enfrentamos en la Argentina es construir un legado del nunca más, un discurso narrativo no cristalizado ni estandarizado del que puedan reapropiarse las nuevas generaciones desde la propia mirada del presente que les
toque vivir, garantizándoles así el derecho a conocer su propia historia y de receptar la memoria colectiva, bajo los principios de memoria, verdad y justicia y de la vigencia irrestricta de los derechos humanos.
Se trata (…) de contribuir activamente a la constitución de sujetos individuales y colectivos capaces de analizar determinadas situaciones límites de la humanidad y de la realidad especifica argentina (teniendo como eje el terror de estado) y construir un discurso propio de la memoria universal y nacional, en prevención de cualquier intento de paulatina degradación de la sociedad argentina mediante prácticas represivas ilegales, interrogando al pasado desde la perspectiva del presente y del futuro.”

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