Más disputas por el traspaso del mando: Cristina Kirchner dijo que Macri le gritó por teléfono

La jefa de Estado se despachó este domingo en duros términos contra su sucesor, Mauricio Macri, luego de una comunicación telefónica que mantuvieron por la entrega de los atributos de mando y, al respecto, afirmó que la ceremonia de asunción «no es su fiesta de cumpleaños, sino el día que asume como presidente».

La mandataria nacional sostuvo que recibió «un maltrato» en esa llamada telefónica y señaló que Macri «parecía una persona distinta».

«No es su fiesta de cumpleaños, sino el día que asume como presidente de todos los argentinos», escribió la mandataria saliente en su cuenta de Twitter y luego publicada en su página web, tras señalar que no es la «acompañante» del líder del PRO.

Además, Cristina Kirchner insistió en que el traspaso de mando debe hacerse en el Congreso y no en la Casa Rosada, como pretende Macri.

La Presidenta señaló que el sábado llamó a Macri por teléfono y que el jefe de Gobierno porteño saliente «comenzó con un elevado tono de voz» a exigirle que debía «entregarle bastón y banda presidenciales en la Casa Rosada, porque era su ceremonia y que, si no lo hacía como él decía, ¡la Corte Suprema de Justicia de La Nación! le iba a entregar los atributos, porque ya habían consultado».

«Debo confesar que me sorprendió la exaltada verborragia del presidente electo», afirmó la mandataria y señaló que Macri «parecía otra persona totalmente distinta a la que aparece en los medios” y agregó: «En un momento, tuve que recordarle que, más allá de nuestras investiduras, él era un hombre y yo una mujer y que no corresponde que me tratara de esa forma».

«Cuando pude hablar, intenté explicarle lo dispuesto por la Constitución Nacional en sus artículos 91 y 93. Pero que, más allá de lo dispuesto por la Constitución Nacional, el acto de transmisión de mando, por simple comprensión de texto, exige la presencia de dos personas: la que entrega el mando y la que lo recibe», aseveró.

El artículo 91 de la Carta Magna dice que «el Presidente de la Nación cesa en el poder el mismo día en que expira su período de cuatro años, sin que evento alguno que lo haya interrumpido pueda ser motivo de que se le complete más tarde» y el 93, que «al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina».

«No se trata de una ceremonia de nadie en particular, sino de un acto institucional, de un Estado democrático y republicano en general. Que debe hacerse en el Congreso porque hasta que no preste juramento ante la Asamblea Legislativa no es presidente y que, ni bien eso ocurra, se le debe entregar en forma inmediata los atributos del Poder Ejecutivo. Y quien lo tiene que hacer es la que ha dejado de ser Presidenta en ese mismo instante o sea la que suscribe», prosiguió Cristina Kirchner.

La Presidenta sostuvo que Macri, durante la conversación, «siguió gritando y diciendo que ‘no es así'», que ella lo debe esperar «en la Casa Rosada después de que él jure y hable en el Congreso y allí entregarle el bastón y la banda».

«Traté de explicarle que después de que él jure yo ya no soy más Presidenta y que, por eso, tengo que entregarle banda y bastón ni bien él termine de jurar en forma simultánea, y es ahí cuando me dice, muy enojado, que yo lo tengo que acompañar -y me vuelve a repetir-, porque es su ceremonia «, sostuvo la jefa de Estado.

Y agregó: «Bueno, ahí pensé: ‘Hasta acá llegó mi amor’. Y le recuerdo tres cosas. La primera, que no soy su acompañante. La segunda, que el 10 de diciembre no es su fiesta de cumpleaños, sino el día en que asume como Presidente de todos los argentinos en un sistema democrático al que hay que respetar y que su símbolo mayor es la Asamblea Legislativa donde jura como Presidente y donde quien termina su período le entrega el mando».

«Y la tercera, que no pienso seguir tolerando en silencio, como hasta ahora, el maltrato personal y público que viene dispensando desde el mismo día en que lo invité a Olivos luego de felicitarlo por su triunfo», añadió la jefa de Estado.

Sostuvo que tampoco tolerará «las mentiras que se siguen propalando merced a una impunidad mediática nunca antes vista» y que a Macri lo ha recibido «con todo respeto» en Olivos y que inclusive fue ella quién le sugirió que el presidente provisional del Senado debía ser alguien de su partido y “pese a que la bancada del Frente para la Victoria tiene a partir del 10 de diciembre la mayoría absoluta de 41 senadores».

«¿Por qué se intenta desconocer las innumerables reuniones que han mantenido los funcionarios de nuestro Gobierno con las personas que presidente electo designó? Declaraciones, fotos, imágenes dan cuenta de una total normalidad. No se han reunido en las catacumbas, lo han hecho en sus públicos despachos, muchos de ellos hasta más de tres veces y durante horas», sostuvo también la mandataria, para rechazar que no se haya acordado una transición por área de gobierno.

Insistió en que «el maltrato» de esa comunicación telefónica con Macri le resultó «inexplicable y casi increíble» y que, cuando leyó en los medios las informaciones sobre el contacto entre ambos, comprendió que se trató de «una operación mediática más en donde la sociedad debía leer: ‘Macri le ordenó a Cristina que tenía que entregarle la banda y bastón en la Casa Rosada'».

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