El Tribunal Electoral de Santa Fe finalizó hoy el escrutinio definitivo de los comicios provinciales y el Frente Progresista Cívico y Social afirmó que Miguel Lifschitz se consagró gobernador electo.
Oscar Blando, director provincial de Reforma Política y Constitucional de Santa Fe, fue uno de los primeros que este mediodía señaló a través de redes sociales que Lifschitz se impuso a Miguel Del Sel (PRO) y Omar Perotti (Frente Justicialista para la Victoria).
«Escrutinio definitivo en Santa Fe: ha concluído. Quedan tres o cuatro mesas. Puedo confirmar que Miguel Lifschitz es el nuevo gobernador de Santa Fe», señaló Blando.
Por su parte, apoderado del Frente Progresista, el diputado Eduardo Di Pollina, consignó que el escrutinio definitivo de los comicios celebrados el 14 de junio pasado «dio un triunfo» al socialismo.
“Podemos decir con mucha satisfacción que ha sido un escrutinio y un proceso normal. Pudimos comprobar que no había ningún tipo de irregularidad. Realmente es de un valor enorme. Ha sido respetada la voluntad de los santafesinos”, dijo.
“Restan esperar los resultados definitivos para que podamos festejar con tranquilidad”, agregó el diputado a Cadena 3.
Indicó que, escrutado ya «un departamento fundamental como el de Rosario», el escrutinio definitivo de las elecciones generales celebradas en la provincia de Santa Fe «ratifica la tendencia del escrutinio provisorio, que claramente otorga un triunfo que es prácticamente irreversible».
El legislador estimó que la diferencia con el candidato del PRO es de unos «1.700» votos.
Desde Unión PRO no reconocieron la derrota y, en ese sentido, la diputada provincial Alejandra Vucasovich declaró que restan «muchas impugnaciones a contestar». «Nuestro escrutinio provisorio nos da que estamos ganando por poquito. Si no reconocen estos números vamos a ir a la Justicia», añadió.
En tanto, el camarista Daniel Acosta, vocal del Tribunal Electoral, señaló que se trabajó «con normalidad, con un criterio de apertura de urnas muy amplio» y que se trató de un escrutinio «con aval jurídico», por lo que «si alguien no quiere reconocer una derrota será una cuestión política».
Los reclamos consisten en la impugnación de mesas cuyos resultados se mostraron dudosos y la votación a 2.800 policías que por haber estado custodiando las escuelas durante la elección no pudieron sufragar.