Algunos secretos saludables del dulce de membrillo

El membrillo es una fruta típica del otoño y del invierno que no suele comerse fresco debido a su sabor ácido y áspero. Ello no quita su empleo sobre todo para la elaboración de mermeladas, confituras, jaleas y carne o dulce de membrillo. ¿Quién no ha comido alguna vez carne de membrillo con queso, frutos secos, galletas o uvas?

El membrillo contiene pocas calorías (menos de 26 kcal por cien gramos), pero al consumirse normalmente en su versión cocinada con azúcar, lo convierte en un postre a evitar o tomar con mucha moderación para las personas que quieren perder peso, a no ser que lo tomen edulcorado o sin azúcar.

Es un excelente complemento para los niños, jóvenes y deportistas, ya que es una buena fuente de hidratos de carbono simples (gracias al azúcar), vitaminas (provitamina A, C, B1, B2), fibra (pectinas y mucílagos) y minerales (potasio, magnesio, calcio, fósforo, manganeso, hierro).

Debido a sus propiedades benéficas, el membrillo también es usado para hacer un jarabe medicinal natural (preguntar en tiendas de dietética o herboristerías). Las propiedades más significativas del membrillo son:

Trastornos gástricos. (Gastritis, úlceras, hernia de hiato).

Ayuda a estimular el hígado y a abrir el apetito.

Ayuda a regular los problemas de tránsito intestinal. (Diarrea y estreñimiento).

Para regular la hipertensión arterial. (Por su elevado contenido en potasio y bajo en sodio).

Tiene propiedades antiinflamatorias. (Por su alto contenido en taninos).

Contribuye a regular el colesterol, mediante su contenido en fibra soluble en forma de gel viscoso que actúa como una esponja que absorbe las grasas y el colesterol, disminuyendo la absorción de estas.

Fuente: http://www.elsol.com.ar/

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