La presidenta de Aapresid opinó sobre malezas resistentes

La introducción de la siembra directa en la Argentina generó un enorme salto en la producción agrícola y un gran avance en materia de sustentabilidad. Sin embargo, en las últimas campañas es cada vez mayor la presencia de malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas. En muchas ocasiones esto sucede por fallas en el manejo.

Sobre este tema habló con www.agroapasionados.com.ar María Beatriz «Pilu» Giraudo, quien es la primera mujer al frente de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa). Giraudo es ingeniera agrónoma, es quinta generación de productores agropecuarios y asesora más de 15.000 hectáreas.

¿Cúal debe ser la estrategia para enfrentar a las malezas resistentes a los herbicidas?
La mejor estrategia para el control de malezas resistentes es a través de un buen manejo: pasa por tener una buena cobertura del suelo la mayor parte del año, hacer una adecuada rotación de cultivos que requieren diferentes herbicidas, practicar una fertilización balanceada para cada cultivo para lograr que estos sean más fuertes y hacer un monitoreo constante para accionar cuanto antes. El control de malezas es clave y esto se logra con un uso adecuado de las tecnologías. De manera permanente, la naturaleza pone interferencias a los cultivos y se debe dar una solución especial para cada caso. Si un lote es invadido por malezas tolerantes o resistentes esto indica un desequilibrio en el manejo previo. La aparición de estas malezas es consecuencia del uso de una tecnología masiva: se da por no aplicar la herramienta correspondiente a cada caso específico.

¿Cúales son los desafíos en esta problemática?
Los desafíos en este tema pasan por que haya una mayor instrumentación de buenas prácticas agrícolas y, para favorecer la rotación, también contar con políticas públicas que impulsen la producción de trigo y maíz para que no se imponga el monocultivo de soja.

¿Qué desarrollo alcanzó la siembra directa en el país?
Hoy la siembra directa ocupa más del 94 por ciento de la agricultura argentina. Pero hay que aclarar que con la siembra directa sola no alcanza, se requiere de las buenas prácticas agrícolas mencionadas. Si se basa en un conjunto de buenas prácticas agrícolas, el esquema de la siembra directa permite producir sin degradar el suelo y lograr una producción sustentable en el tiempo. El desafío es lograr una mayor concientización en los productores, los técnicos y los decisores políticos.

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