Más de 200 mil personas visitaron el santuario del Gauchito Gil en Corrientes

Más de 200.000 peregrinos provenientes de todo el país visitaron hasta este mediodía el santuario del Gauchito Gil en Mercedes, provincia de Corrientes, bajo una incesante lluvia que aplacó el calor y con una caravana de vehículos que alcanzó los 20 kilómetros de extensión tanto hacia el norte como hacia el sur.

La larga fila provocó contratiempos en el tránsito vehicular y peatonal en el predio ubicado en la ruta 123, a unos 250 kilómetros de la capital provincial, y la espera era de hasta cuatro horas de cola para llegar al altar donde es venerada la imagen popular.

Pese a la enorme concentración de peregrinos, no se registraron accidentes «ni hechos de inseguridad», destacó en diálogo con Télam el jefe del operativo, el comisario General Ricardo Barboza.

“No tuvimos que lamentar accidentes ni hechos de inseguridad, más que los acostumbrados a este tipo de concentraciones de personas”, señaló Barboza, quien destacó que “superamos la etapa crítica”, que se extendió desde la medianoche hasta el mediodía de hoy.

Según especificó el director de la Unidad Regional de la policía en esa zona, el comisario mayor Fidel Romero, la afluencia de peregrinos había superado para el mediodía las 200.000 personas.

La mayoría de los devotos, llegada desde diversos puntos del país, participó desde el miércoles de la vigilia que se realizó hasta las 0 de hoy, cuando un show de fuegos artificiales y de bombas de estruendo que se extendió por 45 minutos dio inicio a la conmemoración del fallecimiento del gaucho milagroso.

En la liturgia, hoy a las 6 el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes celebró la tradicional misa en honor al Gauchito Gil, desde donde partió la peregrinación de fieles a pie y a caballo que a lo largo de 8 kilómetros recorren la ciudad hasta el santuario.

Mientras tanto, como a lo largo de la jornada, los visitantes pasaban en grupos de 30 y con sus ofrendas a mano, al altar donde una cruz encabeza la tumba del Gauchito Gil. Allí ya no se pueden prender velas, lo que sí fue posible a pesar de las goteras interminables en el museo del santuario, conducido por la Ramona Villalba.

Bajo una bata de “Látigo” Coggi y un buzo de arquero de Sergio Goycochea, entre vestidos de novias e innumerables ofrendas, Villalba reconoció a Télam que “cada vez más gente de todas las clases viene a adorar al Gaucho”.

“De cada veinte personas que llegan a Mercedes como turistas, en promedio solo una pregunta por los esteros del Iberá, las demás vienen todas acá”, señaló la mujer que en sus 50 años de vida, 30 los pasó en el santuario de la ruta 123.

Allí el comercio ya forma parte del sincretismo que reúne al santo pagano con la devoción popular y lo mezcla con la fe católica.
Adquirir ahí una imagen del correntino más conocido en el mundo puede costar desde 15 pesos, hasta los 12.000 en los que fue valuada una escultura de dos metros de altura, tallada en madera de espinillo.

Y así, un paquete de velas cuesta 10 pesos, una estampita desde los 5 pesos, hasta remeras y vasos que orillan los 50 pesos en la mayoría de los puestos de venta.

Una miscelánica diversidad de orígenes de los devotos le dio un color heterogéneo a la celebración, con tonadas y expresiones de todas las regiones unificadas por pedidos o agradecimientos al Gauchito Gil.

Empapado, con un anteojo ahumado comprado en la extensa feria que rodea al santo pagano y un nudo en la garganta que le hacía temblar la voz, Carlos Domínguez de Burzaco se emocionó hasta las lágrimas y se congració: “Es la primera vez que vengo, y a agradecer por un negocio que me salvó la vida”.

“Llegamos a pesar de muchas trabas y con amigos a los que también traje por primera vez con sus hijos, agradecidos de lo milagroso que es”, exclamó en voz alta en su charla con Télam.

Norma Beatriz Galiano es de Luján, ciudad de la provincia de Buenos Aires desde donde llegó por enésima vez a Mercedes para agradecer. “Mis tres nietas estuvieron graves y las oraciones al Gaucho las salvaron”, dijo con una emoción que la hacía derramar lágrimas.

“Por primera vez logré que me acompañe mi hijo, que también vino a agradecer”, dijo la mujer, que desde hace dos días está instalada en un camping de la zona junto a los pasajeros del tour que los llevó a Corrientes por un costo de 800 pesos.

Adentro del tinglado, Omar Gómez, un camionero de San Andrés de Giles, se cortaba el pelo con una máquina. Los mechones que antes le llegaban a los hombros se deshilachaban para quedar en el altar como agradecimiento y prueba de la promesa cumplida por el favor recibido.

“Me devolvió la vida, así de simple. Porque tuve dos infartos, en pleno laburo en la provincia de San Juan y hasta tuve un paro cardíaco que me declararon muerto y acá estoy”, aseguró el hombre de 55 años mientras depositaba sus últimos cabellos en un enrejado.

El dispositivo de seguridad para la procesión operó con 250 efectivos policiales, equipados con 20 camionetas y automóviles y 35 motocicletas. Junto a la fuerza policial articuló acciones la Gendarmería, que realizó controles desde el cruce de las rutas nacionales 12 y 123 hasta el empalme con la ruta nacional 119.

La previsión sanitaria no registró casos fuera de lo esperado. Así lo confirmó a Télam el jefe de Operativos Sanitarios del ministerio de Salud Pública de la provincia, Eduardo Farizano, quien afirmó que hasta el mediodía realizaron 900 atenciones.

“En dos puestos sanitarios, con tres consultorios móviles y con dos ambulancias para traslados, trabajaron 45 personas que debieron atender como casos prevalentes episodios de tensión arterial, glucemia y respiratorias en los menores”, dijo el funcionario a Télam.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *