El productor agropecuario, con respecto a sus gastos e insumos, tributa a distintas tasas de IVA. Esto hace que en muchos períodos acumule saldo a favor, que por no ser de libre disponibilidad, no lo puede usar sino solamente para compensar impuesto al valor agregado en meses futuros. Y esta alternativa, no siempre es posible, ya que por lo general este tipo de saldo a favor se incrementa a medida que transcurre la vida de la empresa ya que la incidencia de gastos a tasas del 21% contra ventas al 10,5%, generan esta distorsión.
No obstante existen alternativas para atenuar este saldo a favor, que genera pérdidas financieras importantes. Obviamente que esto conlleva un doble esfuerzo al productor, porque deberá pensar y actuar en otras actividades secundarias. Para ello deberá analizar cuánto le representa en dinero inmediato y compararlo con el esfuerzo del desarrollo de una tarea que no venía haciendo y, en el caso de revestir la condición de liquidación mensual y pago de IVA anual, el costo financiero de perder esta condición debido a que ya no tendrá actividad únicamente agropecuaria.
Suponemos un productor granario que complementará su actividad con:
A) Venta de fardos y rollos
La venta de fardos y rollos y/o el servicio de enfardado se encuentran gravados a la tasa del 21%. De esta manera el productor que pueda realizar esta tarea, al vender estos productos o al prestar el servicio, deberá cobrar la alícuota general y de esta manera podrá reducir en parte su saldo técnico.
Un ejemplo práctico por cada $100.000 de ingresos más IVA:
Esta situación de flujo neto que se dá comparando la situación de ventas de fardos versus la venta de granos es en lo inmediato, ya que el productor recibe esos valores comparativos en iguales momentos.
B) Venta de cerdos
Esta es otra alternativa para disminuir ese saldo técnico que se mantiene por tantos meses y que se va licuando con el transcurso del tiempo, es la venta de ganado porcino, ya que estos están alcanzados al 21% de IVA. Si además esta actividad es complementaria de la producción propia de maíz, estaría dejando de vender maíz con un IVA del 10,5% y retención del 8%, convirtiendolo en carne, y aprovechando que la venta de cerdos tiene el doble de IVA y no hay retención por parte del fisco.
Obviamente, no es una tarea sencilla, ya que se trata de otro emprendimiento que agregará al que ya tiene, con las ventajas (mayores ingresos, diversificación del riesgo de única actividad, etc) y desventajas (probablemente más personal afectado a la actividad, nuevos circuitos comerciales,etc) que ello supone.
Conclusión:
No existen recetas únicas. No todo productor está dispuesto a desarrollar una tarea complementaria.
Simplemente, tratamos que conozcan que existen posibilidades, estas que se describen y otras que serán tratadas en próximas notas, pero cada productor deberá evaluar ventajas y desventajas con cada opción al efecto de optar por la decisión más conveniente.
Autor
CPN Alejandro Larroude
al@barrero-larroude.com.ar
Barrero & Larroudé