UNNOBA: Franja Morada se quedó con el centro de estudiantes

La agrupación Franja Morada se impuso en las elecciones que definían el futuro del centro de estudiantes de la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires y conservó el poder en la representación de los alumnos que concurren a las dos sedes de la casa de altos estudios, situadas en Junín y Pergamino.
Con el 81,92 % de los votos, Franja Morada se impuso al Frente para la Victoria que obtuvo el 12,68 % en las elecciones en las que se disputaba la conducción del Centro.
http://www.diariodemocracia.com/notas/2013/11/17/franja-morada-quedo-centro-estudiantes-69623.asp

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  1. FESTEJO SOMBRÍO EN LA LÍNEA RECTA Y EN EL COMITÉ NACIONAL (18-XI-2013)
    El martes pasado 12 de noviembre fui invitado a confirmar mi presencia en el homenaje al nuevo Decano de la Facultad de Ingeniería Ing. Horacio Salgado (elegido en representación de la histórica agrupación La Línea Recta), mediante un mensaje electrónico del Ing. Miguel Ponce, aclarándome que se trataba de una celebración puramente festiva. Le agradecí la invitación y confirmé mi presencia pero le aclaré que consideraba que no había lugar en el actual clima del país para ningún festejo por la grave situación que se vive y por la responsabilidad que el nuevo cargo implicaba. A estas palabras iniciales Ponce me reiteró textualmente que el acto iba a ser meramente “festivo” y que “habrá otros espacios donde discutiremos lo estratégico”. Con un nuevo mensaje le contra-repliqué que siempre se postergaban las cuestiones estratégicas para las “calendas griegas” y que si me invitaba no era sólo para festejar pues no soy de los militantes que conmemoran y callan.
    El día jueves 14 de noviembre, me hice presente en el acto, y luego de los habituales saludos y abrazos, me reencontré con viejos correligionarios que no veía desde la noche aciaga del 28 de junio de 1966 [verdadero inicio de lo que luego se denominó el Proceso], desde el sesquicentenario de la Reforma Universitaria celebrada en Rosario en 1968, y desde otros episodios humillantes y luctuosos que estoicamente debimos padecer durante décadas. Habiéndose iniciado la lista de oradores, con señas le manifesté al Ing. Ponce mi interés por exponer. Una vez que disertaron Ponce y el Presidente de la Juventud partidaria, de apellido Jacovitti, colmados de lugares comunes y de vacías expresiones de deseos, le tocó el turno al Dr. Juan Manuel Casella, quien disertó en representación del convaleciente Presidente del Comité Nacional Ing. Mario Barletta. Una vez que Casella se explayó con los viejos, remanidos y falaces clichés difundidos hace medio siglo por Gabriel del Mazo acerca de la Reforma del 18 y de la presencia inmigratoria en la universidad producida recién con dicha Reforma, reafirmé mi interés por hablar y pedí el consabido derecho a réplica, lo cual dio lugar a que algunos en la mesa que presidía el “festejo” replicaran que el acto no era una asamblea, expresión asentida gestualmente por el Ing. Ponce y por la ex vicegobernadora Elva Roulet, presentes en la cabecera del acto.
    Ofrecida entonces la palabra al nuevo Decano Horacio Salgado, el Ing. Ponce dictaminó que con el discurso del homenajeado se “cerraba la lista de oradores”. Conciente que con anterioridad le había expresado mi interés por exponer y le había solicitado el derecho a réplica, el Ing. Ponce, arbitrariamente, cierra la lista de oradores sin ofrecer a los numerosos invitados presentes la oportunidad de volcar sus justos desvelos e interrogantes. Pareciera que el Ing. Ponce y sus crónicos aliados, pretenden censurarnos y encerrarnos en un corralito o calesita muda, donde quienes manipulan la sortija –usualmente envenenada con somníferos y patrañas—se asemejan a los voceros del relato K, que distorsionan los acontecimientos y reinventan el pasado histórico. Entiendo que esta conducta antidemocrática del Ing. Ponce, consentida por los presentes en la mesa que presidía el festejo, lamentablemente no es nueva en la UCR, y se repite en cuanto acto público se viene celebrando, pues desde hace tiempo se ha clausurado el debate político interno en el inútil afán por domesticar sus filas, cada vez más menguadas y desilusionadas, de modo tal que a sus ocasionales dirigentes se les garantice la perpetuación en los cargos partidarios, como si se trataran de sinecuras hereditarias y vitalicias. Tampoco esta antidemocrática y consentida conducta del Ing. Ponce se condijo con el respeto debido a los invitados, a los que no se debe ni puede utilizar como claque aplaudidora.
    A renglón seguido, tras concluir el Ing. Salgado sus palabras, volví a reiterar insistentemente mi interés por exponer mis críticas al Dr. Casella, lo cual me fue finalmente concedido a regañadientes y en imperceptible voz, casi como susurrando, por el propio Casella, sin que en ningún momento se me invitara a disertar en la cabecera de la mesa, ni se me ofreciera el micrófono, ni el Ing. Ponce ni el Decano Salgado asintieran la tardía actitud del representante del Ing. Barletta. Tuve que expresar mis críticas con indignación por el manoseo sufrido, y a viva voz desde el fondo de una larga mesa durante unos veinte minutos, donde expresé mi discrepancia con la interpretación del relato histórico rememorado por el Dr. Casella, quien evidentemente no ha deseado asimilar el espíritu crítico y el método indagatorio que lo caracterizó a su propio padre, el sufrido y nunca bien recordado historiador y político Juan Manuel Casella Piñero.
    Remarqué en mi breve exposición la relevancia que tuvo en la historia de la UBA la ley Avellaneda (1885) y la revuelta estudiantil de 1904 [que tuvo sus tiroteos y sus bombas, y también sus expulsados, tanto alumnos como profesores, incluidos Juan B. Justo y Nicolás Repetto]. Esta prolongada revuelta, a falta de una nueva ley del Congreso que modificara la Ley Avellaneda, acabó cambiando el Estatuto de la UBA, que permitió por vez primera el acceso de los docentes al manejo de la universidad en desmedro de los académicos (que eran una suerte de mandarinato aristocrático conservador), y la incorporación en las filas universitarias no sólo de los hijos del interior y de los países limítrofes que lo venían haciendo desde su fundación en tiempos de Rivadavia, sino también de los hijos de los inmigrantes, al punto que sus graduados nutrieron buena parte de las filas revolucionarias de 1905 y del elenco gubernativo del primer gobierno radical de Hipólito Yrigoyen [ver la lista de sus integrantes en Arqueología del Mandarinato y de la Nomenklatura en Argentina]. Señalé además el desmesurado crédito otorgado a la Reforma del 18 debido al exacerbado celo cordobés [alimentado por el PC argentino, el APRA de Haya de la Torre y el PRI de Vasconcelos], en perjuicio del recuerdo de la Reforma Universitaria de 1904. Extrañamente, se evocan sin cesar las revoluciones políticas de 1890, 1893 y 1905, pero siempre se oculta la cruenta y prolongada huelga y la rebelión estudiantil de 1904, en cuyas históricas movilizaciones participaron también los primeros integrantes de La Línea Recta, que como todos recuerdan fue fundada en 1894
    Continué aclarando que la Facultad de Ingeniería no debía ser considerada una ínsula segregada institucionalmente del resto, y que la UBA no era actualmente una universidad sino apenas un archipiélago o confederación de escuelas profesionales, muy distantes geográficamente entre sí, en el espacio de la gran urbe; y que para revertir este escandaloso abandono cultural le cabía a la actual clase dirigente del país una responsabilidad histórica [para que formulara un proyecto urbanístico de estado que paliara este infausto déficit]. Luego, desarrollé mi acusación acerca de la naturaleza crudamente endogámica de la UBA, cuando en el mundo desarrollado, a partir de la experiencia precursora de Harvard en 1904 [Rector Charles Elliot], ningún egresado de una universidad puede ser contratado como docente por la misma institución que lo graduó o diplomó. Esta patología de la endogamia es la que viene derramándose desde las esferas superiores a todas las escalas y niveles de la docencia argentina, cristalizando con impudicia la circulación de la elite educativa del país.
    Más luego me explayé sobre mi frustrada denuncia administrativa y judicial formulada en 2004-2005 contra la Agencia Nacional para la Promoción Científica y Tecnológica [ANPCYT], cuando la gran prensa estaba de parabienes con el poder de turno, por la malversación y estafa de U$S 1240 millones de dólares [procedentes del BID] que debían estar destinados para la infraestructura científica, pero que fueron obscenamente repartidos a numerosos funcionarios [coordinadores de la Agencia, miembros del Directorio y de las Comisiones Asesoras del CONICET, secretarios de CyT de las Universidades] e investigadores allegados al poder durante la década Duhaldista-Kirchnerista, identificados puntualmente en la denuncia con nombres, apellidos y montos de dinero recibidos, entre los cuales se destacaron varios que figuraban como asesores de diputados opositores y como periodistas de opinión de la gran prensa escrita y televisiva contraria al oficialismo. Conté mi vía crucis judicial [patrocinado por los letrados Jorge Marenco y Joaquín E. Meabe] con el fallo adverso del Juez Marcelo Martínez de Georgi, que archivó mi denuncia [con un único testigo admitido que era y es alto funcionario de la propia Agencia de nombre Carlos Cassanello], y la conducta cómplice de la Sala II de la Cámara Federal Penal [Horacio Cattani, Martín Irurzun, y Eduardo Farah] que ratificó el fallo del Juez, todo lo cual se encuentra prolijamente relatado en Internet [Obsecuencia de los jueces al poder político en Argentina].
    También narré mi presentación en el Bloque Radical del Senado donde mi denuncia fue objeto de sarcasmos por los funcionarios que recibieron la fotocopia del grueso legajo judicial, quienes nunca me citaron para evacuarlo, y por cierto no tuvieron interés en solicitar que se desarchive la denuncia (la única diputada que entonces me recibió entre los numerosos diputados [Milman, Iglesias, Morán, etc.] a quienes repartí el expediente judicial fue Patricia Bullrich, aunque no se atrevió a presentar el consiguiente Pedido de Informes). Tampoco, órgano periodístico alguno, escrito o televisivo, se hizo eco de la denuncia pese a reiterados e infructuosos intentos. La gran prensa, alejada de la investigación científica pretende, sin embargo, imponer sus intelectuales, subsidiados por la misma Agencia, y alquilarlos a los partidos de la oposición.
    Asimismo me referí al atraso tecnológico que esta malversación y estafa significaron para la infraestructura científica del país [bibliotecas, laboratorios, museos, archivos, centros de cómputos, escaneos y diseños de bases de datos, etc.]. Para probar este aserto puse como ejemplo la actual página web de la Facultad de Ingeniería de la UBA, que es una verdadera vergüenza, comparada con los sitios web de Stanford, Chicago, Harvard o MIT, acusación que fue ruidosamente festejada por miembros del público presente. Asimismo relaté que esta tenebrosa realidad había introducido en los ámbitos científicos un clima de miedo y amedrentamiento generalizado, donde nadie se atreve a emitir opinión propia sobre temas neurálgicos de la vida académica por temor a represalias y a la pérdida de las posiciones personales adquiridas.
    Posteriormente aludí a la moral de una intelectualidad contaminada por la corrupción [que ha sido incapaz de construir una comunidad científica y que ha sido históricamente responsable del golpe de estado de 1930, semejante a lo que ocurrió en Alemania tres años después (1933) con la caída de la República de Weimar y el ascenso del III Reich. Por último indiqué que ahora se estaba viviendo en el mundo una tercera Ilustración y una III Revolución Industrial; y que la Facultad de Ingeniería, la UBA y la UCR parecían desconocer esta realidad histórica [encerrados en un ombliguismo egoísta y pusilánime, indiferente al mundo de la investigación científico-tecnológica, que está provocando el desmoronamiento de su prestigio y la subestimación de su credibilidad en los ámbitos nacionales e internacionales]. Para concluir expresé que la tan mentada libertad de expresión y de prensa no iba a ser nunca verdad real mientras no existiera una auténtica libertad de investigación y de pensamiento científicos, desgraciadamente ausente y perdida y nunca recuperada desde la fatídica noche de los bastones largos (VII-1966). Cuando terminé de exponer se produjo un silencio sepulcral sin aplauso ni réplica alguna y acto seguido procedí a retirarme del lugar al borde de un ataque de asma y acompañado por el viejo correligionario Juan José Rosenberg.
    Finalmente, quisiera señalar que la futura gestión del nuevo Decano Ing. Horacio Salgado no puede circunscribirse, como lo manifestó en su discurso, a la sola vinculación con las Pymes y con la tecnología. Se vuelve entonces a repetir la antigua y remota discusión sobre la “psicosis ocupacional” que inauguró Pedro Cerviño en la Escuela de Náutica (1802), y la continuaron el historiador y Rector Juan María Gutiérrez (1871), el civilista José Olegario Machado (1903), el físico y astrónomo Enrique Gaviola (1931) y el meteorólogo y epistemólogo Rolando García (1959), acerca de la necesaria preponderancia de la ciencia básica por sobre las ciencias aplicadas, para evitar así las deformaciones profesionales, acerca de las cuales abundaron el pedagogo John Dewey y los sociólogos Thorstein Veblen y Robert Merton. El Ing. Salgado tiene entonces desde su relevante cargo, al igual que Cerviño, Gutiérrez, Machado y García, una responsabilidad histórica con el devenir de la ciencia y la intelectualidad argentina, pero que tampoco deben escapar al devenir de la ciencia universal. Si así no lo hiciere, el Ing. Salgado va a estar condenado a repetir los viejos fracasos o a comulgar con el populismo Kirchnerista y el statu quo.
    En cuanto a la UCR y la vigencia política de su actual Comité Nacional, solo me cabe manifestar mi más profundo estupor por la conducta antidemocrática que viene desplegando su dirigencia y su representación parlamentaria puertas adentro de la vida partidaria, malgastando impunemente un centenario capital simbólico cada vez más hipotecado. Pareciera que en nuestro partido se premia generosamente al acaparador de padrones clientelares y a los expertos negociadores en reciprocidades mutuas, capaces de monopolizar, domesticar y enmudecer feligresías adictas (que deben pacientemente tolerar los acuerdos de cúpulas cortesanas, mendigar audiencias en prolongadas amansadoras, y escuchar en silencio clichés desvencijados); y no el mérito individual de quienes buscan una verdad histórica y se capacitan arduamente como cuadros políticos científicamente competentes. Lamentablemente, cuando se llega al poder, como le ha ocurrido a la UCR desde 1983, los elementos intelectuales se alquilan extra-partidariamente, sin importar su pasado político ni su desempeño moral, resultando de esa forma que fatalmente su conducta suele ser como la de las golondrinas, que son amigas de los tiempos prósperos, pero que nunca bajan del campanario ni se embarran en la procesión.
    Cabe entonces señalar finalmente que no existe ni existió partido político en la historia del mundo que haya podido sobrevivir amordazado, participando de efemérides ruidosas y vacías, y liderado por una malograda elite política intelectualmente castrada que ha probado fehacientemente su rotundo fracaso en la gestión pública, y especialmente en la gestión académica y cultural [léase los mercaderes del templo universitario por todos tristemente recordados, y sus activos cómplices, aún funestamente decisivos en la vida partidaria y universitaria].
    Eduardo R. Saguier
    Museo Roca/CONICET
    Email: saguiere@ssdnet.com.ar
    http://www.er-saguier.org

  2. ADULACIÓN DE SANTIAGO KOVADLOFF AL MINISTRO LINO BARAÑAO EN EL PROGRAMA TELEVISIVO DE ALFREDO LEUCO—PIDO DERECHO A REPLICA
    Por Eduardo R. Saguier
    http://www.er-saguier.org
    En el ambiente político periodístico se registra desde hace un largo tiempo un estado de silencio cómplice con el drama reinante en los espacios académicos. Ninguna autoridad política partidaria ni periodista de investigación ha afrontado indagación alguna sobre el estado de la investigación científica del país. Ninguno de ellos se atrevió a destapar la Caja de Pandora de los organismos de ciencia a los efectos de recabar información acerca de la salud física, moral e intelectual de la comunidad científica argentina.
    Como es harto sabido, entre las condiciones determinantes para el despegue de una sociedad moderna, la salud moral es el capital simbólico más valioso de una comunidad académica. Por salud moral se entiende la presencia activa de un conjunto de valores y de comportamientos, virtuosos y ejemplares, individuales y grupales, que fomenten el más amplio despliegue de las libertades de pensamiento, conciencia e investigación, pilares fundamentales para garantizar la excelencia de la creatividad científica.
    Paradójicamente, en este tema tabú, tan vital para el desarrollo cultural, los políticos opositores y los periodistas críticos nada han expresado ni denunciado (de eso no se habla), a pesar de existir serios elementos que prueban la gravedad institucional del caso, entre ellos el fantasmal clima de miedo y persecución existentes (por el rechazo de Informes, negación de promociones, ninguneo en las publicaciones, etc.), cuyas evidencias adjuntamos en los respectivos vínculos o links electrónicos. Por el contrario, algunos periodistas filósofos como Santiago Kovadloff, en forma desembozada y a pesar de su retórica de alambique, aduló sin eufemismos la gestión del Ministro Lino Barañao, el martes 15 de abril del corriente año, en el programa televisivo de Alfredo Leuco “Le Doy mi Palabra”, http://www.youtube.com/watch?v=uKDZISwutZ8
    Más aún, el periodista Leuco quedó encandilado por la hojarasca verbal y aplaudió con vehemencia los sospechosos y laudatorios juicios de Kovadloff, sin emitir objeción alguna que pudiera alumbrar, con sobriedad republicana, la agenda oculta de un potencial y encubierto continuismo. Pareciera ser que ambos, Kovadloff y Leuco, están embarcados en una suerte de operación periodística (inserción de un chivo o publicidad encubierta) para avalar la perpetuidad de una política científica, pretendiendo para ello ignorar que Barañao antes de ser Ministro fue el responsable de malversar y distribuir dolosamente 1240 millones de dólares procedentes de un préstamo del BID, cuando estuvo al frente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación (SECYT) entre 2003 y 2007. http://www.lapoliticaonline.com/nota/36974/
    Dicha distribución fraudulenta –en menoscabo de la infraestructura científica del país (bibliotecas, laboratorios, museos, archivos, centros de documentación y escaneo, etc.)– fue practicada por los Coordinadores de Comisiones, elegidos por el Directorio de la Agencia Nacional para la Producción Científico-Tecnológica (ANPCYT), en beneficio directo y simultáneo de sus propios y personales proyectos de investigación. Por otro lado, este medio centenar de desleales funcionarios, identificados con nombre y apellido, han venido manipulando en connivencia con las autoridades del CONICET y otros organismos científicos toda suerte de canonjías, léase subsidios, premios, becas, viáticos, licencias, avales, dirección de becarios, autorizaciones de asesorías y consultorías y promociones escalafonarias; así como convalidando conexiones privilegiadas con editoriales públicas y privadas y turbios manejos con las patentes de invención ligadas con los laboratorios. Estas prácticas han sembrado en lo que resta de la comunidad científica un temor y un vasallaje indignos de una ciencia argentina que presume de democrática.
    Los mecanismos de constitución y selección de dichas comisiones y la distribución fraudulenta de los subsidios de investigación fueron denunciados en sede judicial y el expediente correspondiente fue archivado por el Juez Federal Marcelo Martínez de Georgi apenas se produjo el triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner (octubre de 2011). En su sentencia el Juez admitió un solo testigo, que a la postre resultó ser falso (el testigo Lic. Carlos E. A. Cassanello es un jerarca del FONCYT, perteneciente al organismo imputado ANPCYT, y cuyo parentesco con el Juez Federal Sebastián Casanello desconozco). La sentencia fue confirmada a fines de ese mismo año por la Sala II de la Cámara Federal Penal (Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah) http://www.ellibrepensador.com/2012/08/03/argentina-obsecuencia-de-los-jueces-al-poder-politico/
    En la constitución de esas comisiones han prevalecido prácticas y coartadas preñadas de endogamia, nepotismo, reciprocidad clientelar, y otros vicios aciagos como el encubrimiento, la extorsión y el soborno, este último para encubrir la venta venal de las patentes de semillas transgénicas, operación practicada por el Directorio del CONICET, denunciada ante el Juzgado de María Romilda Servini de Cubría, y que por cierto también fue archivada.
    http://argentina.indymedia.org/news/2010/10/753082.php
    Practicando un colaboracionismo político tan grave como el de las dictaduras de Ongania y Videla, estos miembros de comisiones asesoras, carentes de autonomía e independencia académica, han hundido a la población científica en la obsecuencia más humillante. Han logrado que todos callen y que nadie se atreva a alzar su voz crítica. De ese modo amenazante y ultrajante, en lugar de generar una comunidad científica poseedora de una dimensión moral y ciudadana han consagrado una grey macdonaldizada, es decir burocratizada, silenciada y atemorizada, que ha favorecido a una minoría de investigadores inescrupulosos y a intereses económicos como el de las multinacionales agro-químicas, extendiéndose el daño moral consiguiente como si fuera una nube tóxica, que se derrama por todos los andariveles de la docencia hasta la misma escuela primaria.
    http://www.er-saguier.org/articulos_ampliacion.php?id=12
    En conclusión, el periodismo y los políticos argentinos, y en particular los periodistas Kovadloff y Leuco, nos adeudan una profunda autocrítica sobre su actuación en lo que hace al desarrollo de la investigación y la docencia; y entre sus obligaciones como periodistas independientes deberían otorgarnos el derecho a réplica; y exigir una CONADEP de la corrupción que incorpore la protección de los derechos de la comunidad científica y educativa y no bendecir la impunidad de los funcionarios corruptos (como ocurrió con el continuismo de Cavallo en la Alianza). Para ello, dicha CONADEP debería incluir la inmediata reapertura de los casos de marras desarchivando las actuaciones judiciales mencionadas. El activo consentimiento del desempeño del Ministro Barañao por parte de los periodistas Kovadloff y Leuco me eximen de mayor prueba, y enciende la alarma por el presente y futuro de la creatividad científica, la libertad de pensamiento y el contenido académico de la docencia argentina.
    Eduardo R. Saguier
    Museo Roca-CONICET
    http://www.er-saguier.org

  3. Buenos Aires, Palermo, Squzi, miércoles 20 de agosto de 2014
    Ref.: Claudicaciones del Radicalismo Argentino en materia de Democracia, Memoria, Reforma y Alineamiento con el Consenso de W
    Sr. Presidente del Comité Nacional de la UCR
    Dr. Ernesto Sanz
    Sra. Presidenta de la Convención Nacional de la UCR
    Lic. Lilia Puig de Stubrin
    De mi consideración:
    Hace casi medio año, el 26 de marzo del corriente, un grupo de correligionarios les pidió en un escrito titulado “UCR-Debate Clausurado” honrar el artículo 26 de la Carta Orgánica partidaria, la que prescribe la obligación de las autoridades de convocar al afiliado periódicamente para que exprese su pensamiento y sus preocupaciones ciudadanas. http://argentina.indymedia.org/news/2014/03/857513.php
    A pesar de dicho pedido, desde entonces no hemos observado que hayan cumplido con dicho articulado, y que se haya intentado reparar el daño inferido a la democracia interna, pues ninguna sobre-actuación personal por más esforzada que fuere ni ningún acuerdo de cúpulas partidarias puede suplantar con éxito la consulta y la opinión individual del afiliado, que nada tiene que ver con el voto en una interna electoral. Por el contrario, lo único que se conoce hasta ahora es una nueva convocatoria a la Convención Nacional en el próximo mes de septiembre, emplazada exclusivamente para ratificar una política de alianzas. Sin embargo, la opinión individual de los afiliados aunque no hayan sido consultados siempre ha sido más potente que la voz de los convencionales y los delegados al Comité Nacional. Y también siempre ha sido más fuerte que eventuales alianzas o coaliciones, por más cruciales que estas fueren para la suerte del país. No es posible que so-pretexto de acuerdos o coaliciones, la opinión del afiliado Radical en la era informática deje de ser escuchada, y que su dignidad sea avasallada por intereses y superestructuras mezquinas.
    No obstante, el objeto de este nuevo escrito, que integra una batería de ensayos concatenados entre sí, todos puestos online, no es volver a insistir en un derecho consagrado en la Carta Orgánica (el del afiliado para expresar periódicamente su pensamiento), sino lo que es más imprescindible, tratar de explicar descarnadamente la naturaleza histórica y política de lo que el filántropo Martín Varsavsky denomina refiriéndose a la Argentina el “agujero negro del talento”, o lo que es lo mismo, el atraso y la corrupción académica y científica argentina, acompañado por sus repercusiones en el Radicalismo, y por el repetido y prolongado impedimento a opinar que padecen los afiliados Radicales y que se remonta a los inicios del retorno a la democracia (1983), y que tan perjudicial ha sido para la preservación de la democracia interna y para el espíritu republicano de las instituciones del Radicalismo.
    Por otro lado, desde hace más de una década, más precisamente desde que el populismo bonapartista de Kirchner (compuesto por un revisionismo anacrónico de mitos y leyendas, una estrategia fascista de amigo-enemigo, una política stalinista previa al Frente Popular, y en su etapa terminal un estado policial con las Leyes de Abastecimiento y Antiterrorista), tomara el poder en 2003, nuestro Radicalismo se caracterizó por una oposición tibia y de muy baja intensidad, una sombra de su sacrificado y honroso pasado. Sin querer incursionar en las complicidades de algunos dirigentes con el Kirchnerismo, hemos de hacer hincapié aquí en un contrapunto vital de la política nacional totalmente ignorado por la dirigencia partidaria (propia y ajena), y que hace eje en las políticas públicas en materia de ciencia y educación superior, insustituibles para la potenciación de la sociedad civil y para una eventual profundización del desarrollo industrial y tecnológico del país.
    En ese preciso sentido, y para salvaguardia del sistema científico, el que suscribe, acudió al bloque Radical del Senado, en el transcurso del 2010, para requerir solidaridad parlamentaria a su denuncia judicial penal federal contra la Agencia Nacional para la Producción Científico-Tecnológica (ANPCyT), por la malversación y estafa de U$S 1240 millones de dólares procedentes del Banco Interamericano de Desarrollo (equivalentes a la deuda sentenciada con los mal llamados Fondos Buitres), y administrados fraudulentamente por el entonces Secretario de Estado Lino Barañao. En mi requisitoria acompañé la fotocopia del grueso expediente judicial, la cual fue registrada, y en respuesta se me aseguró que sería convocado para su consideración, citación que nunca se concretó y que no insistí pues advertí entonces la existencia de un profundo desinterés partidario.
    http://idealpolitik.com.ar/nota/227/festejo_sombrio_en_la_linea_recta_y_en_el_comite_nacional/
    La precariedad institucional de esta irresponsabilidad y el resultante atraso científico y tecnológico requieren un análisis histórico acerca de las elites políticas de procedencia y formación universitaria. Este análisis debe partir de los deficits del proyecto Reformista (1904-1918) en materia de endogamia profesoral (incapaz de generar una comunidad y un mercado docente de alcance nacional) y debe continuar con el grado de desatención y abandono del capital simbólico del país cuya cadena de acontecimientos es fundamental señalar con detalle para trazar su itinerario y trayectoria histórica.
    Este capital y esta memoria, que debieran ser interpelados por un discurso crítico, pero que ha caído en el olvido del imaginario Radical, está compuesto por una batería de documentos y hechos históricos interconectados entre sí, tales como la Ley Avellaneda (1885), la malograda Reforma Universitaria de 1904 en Buenos Aires [que siguió al suicidio de Leandro Alem y entre cuyas secuelas se expulsaron de los claustros universitarios a Juan B. Justo y Nicolás Repetto], y la a medias triunfante Reforma de 1918 en Córdoba. También se constituyeron posteriormente en acontecimientos cuya memoria histórica debe ser reconstruida y que deben ser interpeladas por la prédica Radical: la frustrada lucha contra el art.28 y la defensa del laicismo y la enseñanza pública (1959), la radicalización del movimiento estudiantil y universitario durante el Cordobazo (1969), y finalmente, el fracasado combate de 1996 contra el alineamiento automático a las políticas educativas del Consenso de Washington (focalizadas en el mercantilismo privatizador, la descentralización federativa, la fragmentación docente, el fraccionamiento productivista y la educación y la ciencia como mercancías), que estuvieron dramáticamente expresadas en el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (FOMEC), en el programa de subsidios del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FonCyT) perteneciente a la Agencia o ANPCyT, y en el Programa de Incentivos para
    docentes-investigadores categorizados, y enrolados en las Universidades Nacionales, y que viene siendo facciosamente administrado por la Secretaría de
    Políticas Universitarias del Ministerio de Educación. La alegórica caricaturización de los alineados de adentro quedó registrada en un célebre mural exhibido en Filosofía y Letras de la UBA, acompañado por una parodia explicativa de autor anónimo, ambos testimonios salvados de desaparecer gracias a las entonces nacientes redes de Internet. Estas reivindicaciones -aunadas al Programa de Avellaneda (1945)- debieran ser los antecedentes centrales para ser interpelados por la prédica intransigente de la UCR y son las únicas herramientas que hemos heredado fragmentadas y que debemos seguir honrando, susceptibles de ser reactivadas y actualizadas para rescatar a nuestro partido de la prolongada crisis programática y moral.
    http://argentina.indymedia.org/news/2009/04/665037.php
    Dicha interpelación histórica se debe ampliar aún más con consideraciones acerca de la creciente erosión de la conciencia sobre nuestra producción de contenidos académicos originales, cuyos procesos de investigación, planificación, administración y evaluación deben ser necesariamente independientes tanto del poder del Estado (CONEAU-Agencia), como de los organismos multilaterales de crédito (BM-BID), y de toda facción ideológica, política o religiosa (independencia que nada tiene que ver con la defensa de estructuras corporativas o de prácticas de cogobierno y de composición tripartita). Culminamos la interpelación con las denuncias sobre la subordinación de las políticas públicas en ciencia y educación superior del Peronismo (Menemistas), a los planes divisionistas y mercantilistas (arancelatorios) del Banco Mundial (BM), una adaptación tardía al Consenso de Washington para la educación (ver artículo de Pablo Gentili), ampliada y profundizada durante el Kirchnerismo, y aún hoy en su pleno poder. Esas políticas públicas fragmentaron la comunidad docente universitaria en docentes-repetidores y docentes-investigadores, estos últimos fraccionados en una escala compuesta de cinco niveles. Y bajo el pretexto de fomentar el mejoramiento de la calidad educativa, las autoridades públicas incurrieron en un agudo proceso de desinversión en la infraestructura científica y tecnológica del país, que es parte del atraso y corrupción mencionados (bibliotecas, laboratorios, archivos, centros de información, etc.).
    http://argentina.indymedia.org/news/2014/07/863120.php
    A estas pormenorizadas consideraciones debemos agregar como un claro testimonio de alineamiento automático con el Consenso de Washington, la responsabilidad que le cupo en esa política a la dirigencia de la UCR, que intentó en su momento durante el gobierno de la Alianza, con la gestión del ex-canciller Dante Caputo (2000-2001), terminar con el CONICET, sustituyéndolo por la Agencia o ANPCyT (cuando en las universidades nacionales los cargos a los que debían recaer los investigadores a desahuciar estaban y están usurpados por camarillas endogámicas). Dicha eliminación fue resistida por la activa movilización de los mismos investigadores, que incluso llegaron a interrumpir un desfile militar provocando la renuncia del funcionario de marras.
    Amén del claudicante caso Caputo, las autoridades partidarias de ese entonces tampoco hicieron lugar al debate y la democracia interna entre los afiliados Radicales, incluyendo la dirigencia que surgió con el restablecimiento de la democracia (1983) y la que finalizó tumultuosamente con la Alianza (2001). Sus deformaciones arrancaron con la modificación de la Carta Orgánica en diciembre de 1983 (incompatibilidad de los cargos electivos con la dirección política del partido), siguió con el recurso demagógico y fundamentalista del Tercer Movimiento Histórico (discurso de Parque Norte, 1985), continuó con el ninguneo político a los cuatro (4) diputados nacionales del Radicalismo que se opusieron a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y remató con la dolosa y discriminatoria operatoria 830 del Banco Hipotecario Nacional y con los estertores de la conocida como Coordinadora residual, cuyas deformaciones (entre otras el contubernio con el sindicalismo empresario) también se derramaron entre algunos dirigentes de la agrupación estudiantil Franja Morada.
    Estas políticas y estas connivencias partidarias pusieron a la intelectualidad universitaria de todo el país de rodillas frente al creciente dominio del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y de los gerentes banco-mundialistas de los organismos internacionales (Banco Mundial-BID), y a sus docentes, alumnos e investigadores los puso a merced de un proyecto académico esencialmente contra-reformista y reacio a las libertades académicas. Todos estos contratiempos combinados se fueron precipitando y formando una cerrada dirigencia partidaria centrada en una exclusiva competición por candidaturas, totalmente inconducente para el ineludible debate político aún dolorosamente pendiente, y a la ingente necesidad actual –debido a lo crítico de la coyuntura que estamos atravesando– de elegir un piloto de tormenta que cuente con su correspondiente estado mayor.
    Decíamos en un escrito anterior bajo la firma de Radicales Libres, y reiteramos hoy, que en los organismos de ciencia, investigación y educación superior “…han prevalecido las prácticas de camarilla, la indiferencia suicida hacia la infraestructura material y digital del conocimiento [simularon fomentar sólo el mejoramiento de la calidad educativa y científica], el canibalismo del botín de guerra, las violaciones al régimen de incompatibilidades y de conflicto de intereses, el culto demagógico a los pares evaluadores [crecientemente endogámicos] en desmedro de los sabios consagrados (como es el caso en Alemania), la creciente fuga de cerebros, y el menosprecio por capitalizar las patentes y regalías en nuestro propio país (se registraron 14 patentes del CONICET y 23 del INTA en las oficinas de USA).
    Y como consecuencia de estas prácticas, la educación y la investigación pública y también la privada, la terciaria y la universitaria, se ha visto conminada a operar “…como rehén de un mecenazgo estatal sesgado que ha colonizado sus filas, y que ha segregado el entramado universitario [en casamatas o jaulas de silencio], mientras que la endogamia de su cuerpo docente [y de sus jurados académicos], con su gangrena acumulada [que ha esclerosado la movilidad del mercado ocupacional de las profesiones universitarias], viene incrementando a escala descomunal la decadencia intelectual y moral de una verdadera nomenklatura académica”
    http://argentina.indymedia.org/news/2014/05/860199.php
    A estas patologías debemos añadir ese insistente afán de nuestros correligionarios dirigentes por disputar cargos y candidaturas sin cumplir el consabido cursus honorum en el estudio, la investigación, y la formulación de un programa moderno y democrático. La derivación más previsible de esa praxis para un partido es la de terminar alquilando intelectuales extra-partidarios, como se hizo en nuestros dos últimos gobiernos. Este desinterés del Radicalismo por llevar a los afiliados la posibilidad de ser escuchados y de ser intelectualmente formados ha llevado a engendrar políticos diplomados que luego de su graduación universitaria desertan de aquellas prácticas y vuelcan toda su líbido en una militancia contaminada de clichés, verbos inflamados, frases hechas, y sonrisas fáciles, pero esencialmente ausentes de todo contenido, memoria, autocrítica y auténtico compromiso. De una forma aún más perturbadora, algunos de nuestros políticos vuelcan su líbido en la construcción de clientelas, reciprocidades, y listas sábanas; aprovechan el partido como agencia de colocaciones; cultivan un seguidismo a la autoridad mediática en la conformación de la agenda política, y también una concepción patrimonialista y una práctica vedettista y personalista del poder acompañada por una memoria histórica fragmentada escasamente interpelada. Pero lo que es agraviante en casos cada vez más reiterados, es un obsceno e ilegal modus operandi para la acumulación material y el privilegio económico.
    En suma, su tácita negativa a honrar el art.26 de la Carta Orgánica partidaria, priva de representatividad a nuestros dirigentes y los inducen a censurar y abusar de la dignidad del afiliado, a auto-promoverse en el escalafón del poder, y a perpetuarse en él, para sólo administrar la decadencia y someterse al alineamiento automático con las políticas y programas de los organismos internacionales; sin poder o querer interpelar ni movilizar intelectualmente a nuestro partido; y algunos otros sin siquiera poder acreditar –para legitimar su representación– un historial de lucha contra la corrupción, la mentira y la opresión, clara muestra del proceso de disgregación en que desgraciadamente se encuentra inmersa nuestra otrora gloriosa UCR.
    Saludo a Vds. atte.
    Eduardo R. Saguier
    http://www.er-saguier.org

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