La pasión por Picasso vive en La Plata

Una exposición en el Teatro Argentino rescata obras gráficas del creador del cubismo junto a trabajos de Dalí y Miró. La vigencia de un artista que despierta pasiones y las conmemoraciones a 40 años de su muerte.
El 8 de abril de 1973 fue domingo y se convirtió en un día destinado a marcar para siempre al mundo del arte: en su villa de Notre Dame Vie, en Mougins, Francia, fallecía Pablo Picasso, fundador del cubismo y considerado por artistas como el escultor Manzú como el “inventor de la pintura moderna”. A poco de cumplirse 40 años de esa fecha, el mundo vive una renovada pasión por la obra de Picasso, cuya vigencia se mantiene intacta. Surgen nuevas exposiciones en distintos países investigando su producción, se editan flamantes libros sobre su figura y su influencia en el arte del siglo XX y hasta los récords de venta de sus obras hacen que el artistas español siga siendo un referente cultural indiscutido en todo el mundo. En este marco, también en La Plata, la obra de Picasso convoca multitudes a cuatro décadas de su muerte. En estos días, puntualmente, lo hace a través de una muestra que se lleva adelante en el Teatro Argentino y que reúne grabados del pintor junto a obras de Dalí y Miró. La exposición, “Españoles inmortales, Picasso, Dalí y Miró”, una muestra itinerante de jerarquía internacional permanecerá abierta hasta el 30 de junio, y está habilitada de martes a domingo de 10 a 20.
Los tres pintores españoles encarnaron el espíritu de renovación de las vanguardias en los primeros años del siglo XX, tiempos en los que se produjo una auténtica revolución en el mundo del arte en el que los artistas se dedicaron a investigar nuevos soportes y lenguajes, desafiando los límites de la representación y el estatuto del arte y reformulando la figura misma del artista. Mientras tanto, a los críticos les tocó buscar denominaciones para las distintas propuestas estéticas que iban surgiendo.
Picasso ocuparía el centro de la escena en esos movimientos de vanguardia y desde ellas convertiría a su obra en inmortal.
Cuarenta años después de su muerte se lo considera uno de los más grandes, sino el mayor, artista del siglo XX.
Fue pintor, grabador, impresor, ceramista, escultor, incursionó en el dibujo, la ilustración de libros, el diseño de escenografías y vestuarios teatrales y hasta escribió sus propias obras de teatro, quizás uno de los aspectos menos conocidos de su trabajo (ver aparte).
Su impacto sobre las vanguardias artísticas posteriores fue enorme y Picasso es uno de los pintores sobre los que más se ha escrito. Aún más que sobre otros como Rembrandt o Rafael.
Picasso había nacido el 25 de octubre de 1881, en el seno de una familia burguesa. Su padre fue profesor de dibujo, lo acompañó en sus primeros pasos como pintor y fue uno de los primeros en reconocer su precoz talento.
Picasso, que se convertiría en creador del cubismo y sinónimo de vanguardia, comenzó a pintar desde muy temprana edad.
Tenía apenas ocho años cuando, después de ver una corrida de toros, pintó su primer trabajo al óleo.
En ese menester lo acompañó la mirada atenta de su padre.
El cuadro se llamó “El Pequeño picador” y fue una pintura tan querida por el artista que se negó siempre a separarse de ella.
El amor a los toros sería una constante en la vida de Picasso y se refleja en la muestra que se exhibe por estos días en el Argentino, donde es posible admirar varios grabados dedicados a la pasión de la tauromaquia , junto a grabados eróticos en los que la mayor particularidad es la actitud amenazante del hombre y la apariencia sometida y temerosa de la mujer, en uno de los aspectos considerados más oscuros del genial pintor.
Según destacan los estudiosos de su obra, Picasso conservó durante toda su vida la costumbre de conservar algunas obras de las que jamás quiso desprenderse y que representaron una suerte de manifiesto pictórico, conformado por más de 400 trabajos.
En sus primeras pinturas, caracterizadas por su realismo, un joven Picasso que rondaba los diez años ya mostraba mucha confianza en sí mismo, así como también, una predilección por los personajes del pueblo.
Una de las leyendas más repetidas en torno al la infancia del pintor cuenta que su padre, al reconocer el singular talento de su hijo, que ya estaba presente en sus primeros trabajos, decidió no volver a pintar nunca más y le obsequió todos sus elementos de pintura.
PERÍODOS
Los primeros años de su juventud, Picasso los pasó entre Barcelona, Madrid y París. Fueron años caracterizados por las carencias materiales que lo obligaban a pintar y vender dos obras por noche, y por el dolor derivado de la muerte de su amigo Carlos Casagemas.
El suicidio de este último fue uno de los puntos de partida para su llamado período azul, que se extiende aproximadamente entre los años 1901 y 1904.
Se lo llamó así por el color dominante en la gama cromática de sus pinturas de la época.
Una de las más renombradas de ellas es la titulada “La vida”, obra de gran simbolismo que abrió debates interminables.
Frente a la existencia de esos debates, Picasso nunca se pronunció.
La muerte de Casagemas marcó profundamente a Picasso y el inicio del período azul está determinado por una obra titulada “El entierro de Casagemas” en el que el artista expresa todo el dolor y la tristeza que le produjo ese episodio.
Carlos Casagemas formaba parte del círculo de artistas españoles residentes en París y su trágica historia tuvo un fuerte impacto en ese grupo.
Casagemas se suicidó el 17 de febrero de 1901 después de tratar de matar a quien era su amante, una bailarina del Molin Rouge.
La mayor parte de los temas y las atmósferas del período azul está resumidas en la obra “La Vida”, una época en la que, según su amigo Jaime Sabartés, Picasso cree que “el arte es hijo de la tristeza y el dolor”.
Es en este marco que los cuadros del período expresan un pesimismo reforzado por las dificultades materiales que sufre en esa época, en la que se dedica a reflejar la soledad de los menores y la miseria de los sectores empobrecidos.
A partir de 1904 se inicia el llamado período rosa, en el que el autor , instalado en el barrio parisienne de Montmartre, va abandonando el dramatismo del período azul para iniciar una nueva época, con una propuesta diferente.
Las características del período rosa son el uso de colores pastel, lineas suaves, mientras el acento se traslada del color a la línea y el dibujo.
Los temas que elige abordar en este período, en tanto, son la alegría y la duda existencial en el marco de numerosas referencias al mundo del zoológico y el circo.
El siguiente gran salto en su trayectoria está dado por el cuadro Las Señoritas de Aviñón.
El primer boceto de esta obra revolucionaria data de 1906 y supuso un nuevo inicio para Picasso que a través de la obra rompe con el realismo y elimina las referencias a la tradición del siglo anterior.
Lo hace dejando de lado cánones de profundidad y abandona el ideal existente hacia el cuerpo femenino reduciendo la obra a un conjunto de planos angulares,
En cuadros posteriores sigue experimentando con las rupturas en un franco camino hacia lo que será el cubismo.
Con Las Señoritas de Aviñón como punto de partida, Braque y Picasso formulan el cubismo en 1908, bisagra radical en la historia del arte que deja atrás la descripción naturalista a favor de formas abstractas y una nueva concepción del espacio y se convierte en fuente de inspiración para el resto de las vanguardias artísticas.
Otro de los hitos en la obra de Picasso fue la creación del Guernica, una obra que pintó para exponer en el Pabellón de España de la exposición Internacional de París. El Guernica es un alegato pacifista que conmemora el brutal bombardeo de la localidad homónima por parte de la aviación alemana a pedido de Francisco Franco, cuadro que pasó a convertirse en un símbolo del horror de la guerra.
MUERTE Y LEGADO
Picasso vivió los últimos años de su vida virtualmente recluido en Mougins, donde recibía muy pocas visitas.
Po esos días se definía como “un ermitaño a la fuerza” y decía que “pocas restricciones son más crueles que la celebridad”.
Su muerte se produjo por un ataque al corazón y su capilla ardiente fue instalada en su propia vivienda.
Cuarenta años después de la muerte de Picasso su legado sigue plenamente vigente y es considerado el artista fundamental del siglo XX que logró romper con las convenciones del XIX en el mundo de la pintura.
En la lista de las diez obras más caras del mundo, cuatro son de Picasso; El Sueño, Desnudo, hojas verdes y busto , Garcon a la Pipe y Dora Mar au Chat.
Pero no sólo se trata de uno de los autores mejor cotizados del mercado del arte, sino también de una referencia que establece parámetros de valoración para las obras de otros artistas,
En total, Picasso pintó más de 60.000 obras y es considerado mucho más que un pintor genial: un ícono de la modernidad.